¿PUEDES PREVENIR LAS ENFERMEDADES DEL HÍGADO?

El hígado, es el encargado de metabolizar las grasas.  Entre sus principales funciones se encuentra la digestión, procesamiento y distribución de los nutrientes. Puedes prevenir las enfermedades del hígado, creando buenos hábitos alimenticios y tomando suplementos que potencien su funcionamiento.

Es el encargado de filtrar las toxinas que llegan a través de los alimentos que consumes.  Cerca de 500 millones de personas en el mundo, están infectadas con hepatitis crónica.  De este número de personas, aproximadamente un millón de ellas muere por complicaciones hepáticas o por cáncer asociado al hígado.

El cuidado del hígado debe basarse en evitar los factores de riesgo para evitar contraer una infección viral, evitar el sobrepeso y la ingesta excesiva de alcohol.  El 70% de las complicaciones graves como la cirrosis o el cáncer, se debe al antecedente de haber contraído hepatitis C.  El otro 30% se debe al sobrepeso, alcoholismo y la hepatitis B.

Una de las formas más precisas para evitar contagios es evitar hacerse tatuajes y colocarse piercings, no compartir objetos como hojillas de afeitar, jeringas.  Además mantener relaciones sexuales seguras, es decir, se debe usar protección. 

Por otra parte, debemos mantener buenos hábitos alimenticios y evitar el consumo excesivo de grasas saturadas y poliinsaturadas, para no ganar sobrepeso.  Aligerar tu comida, significa liberarte de toda la grasa que el hígado no puede procesar y que se va depositando en diferentes partes de tu cuerpo, incluyendo a este órgano. 

Algo muy importante de recordar es lo peligroso que puede ser el consumo de alcohol.  Tu ingesta de alcohol no debe sobrepasar los  350 ml que es lo que asimila nuestro cuerpo de manera natural. El mejor remedio y tratamiento es la prevención.  Si tienes sobrepeso, eres más propenso a contraer enfermedades.  Tener un peso ideal es lo recomendable.  

Significa tener buena salud y una vida saludable. Además debes combinarlo con una buena rutina de ejercicios, con una alimentación sana, baja en grasas y rica en nutrientes. Puedes complementarlo con té de frutos rojos, o consumirlos de manera natural (toronja, fresas, frambuesas, cerezas) éstas te ayudadarán a quemar grasas y a optimizar la función de tu hígado, siempre será la mejor opción.

PRINCIPALES ENFERMEDADES QUE AFECTAN EL HÍGADO

¿Estás consciente de la gravedad de las enfermedades que puedes padecer si no cuidas tu hígado?  Aquí te nombraremos las más importantes.  Aunque en realidad hay una lista extensa.

CIRROSIS

Es una enfermedad grave y mortal, que afecta al hígado, esta afección lo deteriora lentamente en su funcionamiento.  El tejido sano del hígado se sustituye por tejido cicatricial, lo que hace que a sangre que circula por el órgano quede bloqueada parcialmente.  

La cirrosis hace que se deterioren sus principales funciones: como lo son el  control de las infecciones, la filtración y eliminación de toxinas de la sangre, la generación de proteínas encargadas de la coagulación sanguínea y la producción del líquido biliar, que ayuda a transformar las grasas, el colesterol y la vitaminas liposolubles en nutrientes.
¿Qué causa la cirrosis?:  Entre las causas que más generan cirrosis hepáticas tenemos:

• El consumo exagerado de alcohol
• La hepatitis C crónica
• La hepatitis B y D crónicas
• La obesidad sola o combinada con las dos causas anteriores también termina en el mismo resultado. La obesidad genera e hígado graso no alcohólico. 

Por otro lado los síntomas de la cirrosis en las primeras etapas de esta enfermedad, no se presentan síntomas.  
Pero cuando está más avanzada debes reconocer los siguientes síntomas: dolor abdominal, el color amarillo de la piel y de los ojos (ictericia), se siente debilidad, fatiga, náuseas y vómitos entre otros muchos síntomas.
Para tratar la cirrosis debes conocer la causa que la originó.  Pues el objetivo es ralentizar el crecimiento del tejido cicatrizal en el hígado.  Si existen complicaciones es necesaria la hospitalización.
Mantener una dieta estricta sin carnes rojas ni mariscos.  Nada de pescados crudos (sushi).  Vegetales verdes muy bien lavados, ensaladas.  Carnes blancas magras.  Frutas, excepto el aguacate.  Prohibido el café, el chocolate y los lácteos.  La dieta debe ser baja en sodio. Evitar el alcohol y las drogas.
El exceso de vitaminas y medicamentos sintéticos recetados pueden afectar así que consulta al especialista antes de tomarlos. Si dentro del tratamiento de laxantes, también vas a tomar antibióticos, evitar las frutas y los jugos cítricos.

DEFICIENCIA DE ALFA-1 ANTITRIPSINA

Esta enfermedad hepática llamada también Alfa-1 o DAAT, es de origen hereditario, se manifiesta a partir de los 20 años de edad.  Consiste en la ineficiencia del hígado para producir la proteína Alfa1- Antitripsina, que es la responsable de proteger el tejido pulmonar para contrarrestar la inflamación ocasionada por infecciones y/o irritantes externos que afecten el sistema respiratorio.

Lamentablemente esta enfermedad no se diagnostica con la frecuencia debida, muchas veces se confunde con un diagnóstico de asma o enfisema.  Para diagnosticarla, simplemente debes realizar la prueba de sangre que mida los niveles de esta proteína.

Se estima que el 95% de las personas que padecen esta enfermedad no han sido diagnosticados. Existen millones de personas que pueden ser portadoras del gen,  pudiendo transmitir esta enfermedad a la generación de relevo. Los síntomas de la Deficiencia Alfa-1 Antitripsina, suelen aparecer mayormente en adultos.  Pero como es una enfermedad hereditaria, en raras ocasiones se desarrolla también en la edad infantil.  

Para reconocer los síntomas, primero debes descartar antecedentes hereditarios, y de enfermedades hepáticas.  Además el cuadro sintomatológico implica: dificultad para respirar, sibilancia al respirar, tos recurrente con o sin segregación mucosa, resfriados recurrentes, asma (que no responde a los tratamientos estándares) y alergias que permanecen en el tiempo. 

El tratamiento médico para tratar el trastorno de Deficiencia Alfa-1 Antitripsina, consiste sustituir la proteína A-1 por vía intravenosa.  Esta proteína es extraída del plasma humano para su utilización en pacientes con este trastorno.  Este tratamiento está solamente indicado en caso de enfisema pulmonar por A-1.  No tiene ningún efecto sobre la enfermedad cuando no hay complicaciones.

Cómo tratamiento preventivo se tiene el consumo de frutos rojos y vegetales verdes, carnes blancas magras, que tienen la capacidad de quemar la grasa a todo nivel en el organismo, incluso puede quitar los depósitos de grasa que se almacenan en el hígado, de manera que puede llegar a optimizar su funcionamiento.

 Además, el descubrir que este tipo de alimentos estimulan al hígado a mejorar su producción enzimática, regula el metabolismo y descompone más rápidamente los depósitos de grasa, optimizando la producción de las proteínas necesarias, te asegura que te mantendrás siempre sano. Este tratamiento es completamente natural, pues se basa en los buenos hábitos alimenticios. Es el tratamiento preventivo ideal.

HEPATITIS A

La hepatitis A es una infección del hígado producida por el virus del mismo nombre.  Es uno de varios virus que le produce inflamación a este órgano, afectando su funcionamiento.  ¿Cómo se contrae la enfermedad? La forma es por contagio viral.  Se produce por ingerir agua o alimentos contaminados o por el contacto directo con personas u objetos infectados por el virus. 

Es muy importante no comer ni beber del mismo plato y/o vaso de ninguna persona.  Pues, aunque sea tu familiar o allegado, no estás al tanto de saber si contrajo esta enfermedad o cualquier otra.  Comer mariscos y/o carnes crudas, alimentos manipulados por una persona infectada, o tener cualquier tipo de contacto sexual.  Son algunas de las causas en las que puedes contraer esta enfermedad.

Si viajas a latinoamérica, si eres VIH positivo, si padeces hemofilia, e incluso si eres donante de sangre o recibes alguna transfusión.  Estás más expuesto a contraer Hepatitis A.

¿Cómo distinguir los síntomas de la Hepatitis A?  El virus tarda varias semanas en incubarse.  Si llegas a presentar:

• Fatiga 
• Náuseas y vómitos repentinos
• Malestar abdominal en la parte intercostal derecha 
• Evacuaciones intestinales color ocre o naranja
• Estás sin apetito
• Fiebre o fogaje
• Orina de color marrón oscuro
• Dolor en las articulaciones
• Ictericia (piel y ojos amarillos)
• Escozor o picazón intensa.

Si coinciden estos síntomas, consulta a tu médico.
En realidad no existe tratamiento con medicamentos, la mayoría de las personas se recuperan con reposo absoluto hasta que la inflamación del hígado cede por completo.
Es importante:

• Guardar cama, hasta que tu médico lo indique.  Recuerda que tu hígado está comprometido.
• Guardar una dieta estricta, sólo comer carnes blancas magras, a la parrilla, frutas (excepto el aguacate o palta), nada de grasas, café y chocolate.
• Evitar analgésicos, calmantes, alcohol y drogas pues tu hígado tiende a intoxicarse más.
• Tomar abundantes líquidos: agua, jugos de frutas.
• Luego de tus episodios de evacuación y vómitos, debes hidratarte.  Para evitar descompensaciones.

El mejor tratamiento contra la Hepatitis A, es la prevención.  Vacuna a tus hijos.  Y vacúnate tú también.

HEPATITIS B

Hepatitis, es un término general usado para la inflamación del hígado.  Existen varias tipos de virus que pueden infectarlo. También esta enfermedad se clasifica en aguda: cuando su duración es de varias semanas.  Y Crónica cuando la inflamación permanece por lo menos seis meses. 

La hepatitis B, se trata de una infección grave del hígado causada por el virus de tipo B, de allí su nombre.  Es una enfermedad altamente contagiosa, tanto que a veces se trata como epidemia.
¿Cómo te contagias de Hepatitis B?  De todas las hepatitis, esta es la más contagiosa de todas. A continuación concretamos cómo podrías contagiarte:

• Por secreciones salivares.
• Se transmite por semen, secreciones vaginales, sangre y orina.  Es decir, puedes contagiarte por mantener sexo vaginal, anal u oral.  
• Al compartir cepillos dentales, 
• Compartir rasuradoras.
• Por manicure y pedicure.
• Al hacerte perforaciones en el cuerpo (piercings o túneles).
• Al realizarte tatuajes.
• Por dar o recibir transfusiones en instituciones en donde no se garantice la salubridad.
• Al momento del parto puedes contagiar a tu hijo, si estás infectada.
• Al amamantar.

A partir de las 6 semanas se incubación del virus, es que comienzan a manifestarse los síntomas, aunque en ocasiones persisten durante meses. ¿Cuáles son los síntomas?:

• Cansancio y urticaria en la piel
• Dolor e inflamación abdominal
• Náuseas y vómitos
• Fiebre acompañada de dolor de cabeza
• Orina de color marrón oscuro o cobrizo
• Heces de color ocre o gris
• Color amarillento en la parte blanca de los ojos y en la piel: Ictericia

Si notas algunos de estos síntomas debes consultar a tu médico y realizarte la prueba de la Hepatitis.
¿El tratamiento cura la Hepatitis B?  La hepatitis B, no recibe ningún tipo de tratamiento médico.  Te indicarán reposo y una estricta dieta, al igual que en las demás cepas de hepatitis.  Siempre y cuando sea de tipo de hepatitis aguda.

Cuando la hepatitis B es aguda, desaparece entre las 4 y 8 semanas, 9 de cada 10 personas se recuperan completamente de esta enfermedad.  Cuando no es así y permanece la inflación se trata como Hepatitis B crónica.

En el caso de que sea crónica, puede ocurrir que quedes como paciente portador de la enfermedad.  Es por esta razón  que debes recibir un tratamiento que baje los niveles del virus a su mínima expresión.

HEPATITIS C

La Hepatitis C, es una infección tipo viral C. Esta infección afecta hoy en días a más de 180 millones de personas en el mundo, todo ello sin contar quienes no sepan que están infectados.  Lo grave de esta variedad (o cepa) de hepatitis, es que es casi siempre asintomática.  Y en muchas ocasiones se desconoce cómo fuiste contagiado.  Hasta que te realizas un examen.

¿Cómo puedes contagiarte de Hepatitis C? Actualmente existen muchas formas de contagio. Algunos pacientes han sido diagnosticados y no se ha conseguido la fuente de su infección, por lo cual se supone que existen otras vías aparte de las que por acá te nombramos:

• Transfusiones sanguíneas.
• Compartir jeringas al consumir drogas.
• Realizarte tatuajes o colocate piercings.
• Por vía sexual con parejas desconocidas y sin protección.
• Por el parto.
• Compartir cepillos dentales, máquinas de afeitar y cortauñas.

Lo más seguro para diagnosticar la enfermedad es que te practiques los correspondientes análisis.
Cuando la hepatitis se clasifica como aguda, sólo un pequeño porcentaje del 5% presenta síntomas de fatiga, inapetencia, color oscuro en la orina, heces de color blanquecina, picazón cutánea.

Cuando la hepatitis C pasa a ser crónica, hay retención de líquido y se inflaman las piernas y el abdomen, se presentan hematomas o hemorragias en las encías y la nariz.  Inflamación de las glándulas mamarias y de las glándulas parótidas.  Piel amarillenta o más oscura.  

Cuando llega a complicarse aparecen várices esofágicas y encefalopatía hepática, cuando los pacientes aparecen confusos, adormilados y desorientados).  ¿Tiene tratamiento esta enfermedad? Actualmente existe una combinación de  rivabirina con interferon pegilado. Con este tratamiento ha sanado el 54% de quienes se sometieron a él.  En caso de complicaciones se les suministra diuréticos y vitamina k para evitar el sangrado.

CÁNCER HEPÁTICO

A menudo se diagnostica este tipo de cáncer en forma tardía.  Es por esto que le dicen cáncer silencioso.  Esta es una enfermedad  en la que se forman células malignas en el cuerpo o tejido del hígado.   

El cáncer Hepático se presenta de dos maneras:  Como tumor principal, cuando éstos se originan dentro del hígado.  O por metástasis cuando se originan en otra parte del cuerpo y los tumores secundarios que se propagan, se alojan en el hígado.

¿Por qué se produce el cáncer hepático?  Casi siempre es por antecedentes de haber contraído con anterioridad hepatitis. También está la cirrosis y la hemocromatosis, que degeneran al hígado, predisponiendo este órgano al cáncer.

Los síntomas que se presentan son:

• Dolor agudo en la parte superior del abdomen, con reflejo del mismo hacia la espalda.
• Pérdida de Peso.
• Inapetencia, náuseas y vómito.
• Fiebre.
• Se producen desmayos, por baja de azúcar.

Para llegar al diagnóstico debes realizarte los siguientes exámenes:

• Examen Físico.
• Análisis de Sangre.
• Radiografías de Rayos X y Angiograma.
• Ultrasonido abdominal.
• Resonancia Magnética.
• Biopsia.

En caso de que el tumor sea operable, se procederá a extirpar el mismo.  En el caso de que no pueda operarse, tienes la alternativa de radioterapia y quimioterapia.  Y en los casos más graves se puede realizar un trasplante.
Por eso si eres una persona con los antecedentes causales, debes cambiar tu ritmo de vida a una más sana y saludable.  Las personas con sobrepeso tienden a desmejorar el funcionamiento de su hígado. 

¡SI EXISTE EL TRATAMIENTO PREVENTIVO!

Como tratamiento preventivo, además de vacunarte,  para todas las enfermedades del hígado se tienen las frutas cítricas, en especial las de coloración roja, como las toronjas rojas, las fresas, cerezas y frambuesas rojas entre otras.  Estas contienen cetonas, vitamina C y ácido fólico, que tienen la capacidad de quemar la grasa en todo el organismo.  Incluso puede quitar los depósitos de grasa que se almacenan en el hígado, de manera que puede llegar a optimizar su funcionamiento.  Además estimulan al hígado a optimizar la producción de enzimas y proteínas de las cuales está encargado.

Si contraes algún virus que afecte tu hígado la dieta debe ser más estricta, debes consumir carnes blancas magras, vegetales verdes, té verde, ajo, miel.  Si eres una persona sana pero tienes algo de sobrepeso, comienza a cambiar tus hábitos alimenticios, come las proteínas a la plancha, evita las grasas y mantente activo con algún tipo de deporte o actividad física: desde bailar, hasta salir a caminar.

Este tratamiento es completamente natural, es preventivo y también se implementa cuando contraes cualquier enfermedad hepática.  ¿En dónde está la clave? En mantener buenos hábitos alimenticios.  Así mismo como lo lees:  la clave está en PREVENIR.  Así tus defensas estarán en un nivel óptimo y las enfermedades virales que atacan al hígado no serán una preocupación para tu salud.  El perder peso, ejercitarte, mejorar tu calidad de vida y de alimentación son la clave para mantener tu cuerpo en sana armonía.