Aún recuerdo aquel 23 de Enero de 1958. Los venezolanos amanecimos con un nuevo día de esperanzas y visión de futuro, la dictadura del General Marcos Evangelista Pérez Jiménez había llegado a su fin.

No fue el pueblo en la calle como muchos piensan quien derrocó a la dictadura, fueron los movimientos dentro de las esferas militares patriotas quienes derrocaron al dictador. Los venezolanos solo salimos a celebrar después que abandonó el país el inquilino de miraflores en aquel momento.

No podía como buen venezolano, dejar de salir a festejar entre la muchedumbre eufórica que desbordaba las calles de todo el país. Comienzo a caminar desde mi casa hacia el centro de Caracas y en el camino llego hasta la casa de mi amigo "Nube gris", compañero de estudio desde la primaria y gran amigo.

• Vamos Nube gris, vamos al centro a celebrar la caída de la dictadura.

• No chamo, a mi me da miedo esas vainas políticas.

• No vale tranquilo, ya la seguridad nacional no puede hacernos nada, los esbirros ahora están huyendo. Es tiempo de democracia y participación de todos.

A rregañadientas logré sacarlo de su casa para salir a celebrar.

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Íbamos caminando junto a un mar de gente y en un momento se detiene Nube gris y me dice con rabia.

• Coño e´la madre, pisé mierda e´ perro.

• No le pares bola que lo que viene es prosperidad.

Seguimos nuestro camino hacia la plaza Bolívar y justo llegando a la esquina de pajaritos, lo caga un Zamuro que por casualidad sobre volaba el cielo caraqueño ese día.

• Marico, me cagó un Zamuro nojoda, ¡viste porqué no quería salir de mi casa!

Aguantando la pestilencia y con cara de que no era importante continué caminando y diciéndole.

• Dale Nube gris que ya llegamos, vamos a acercarnos a la retreta para echar una bailadita.

Ya en el sarao, vimos dos lindas muchachas que hacia un rato nos habían puesto el ojo. Inmediatamente le digo a mi amigo, para acercarnos junto a ellas e invitarlas a bailar. Nube gris como siempre, no quería acercarse porque no nos iban a parar bolas. Tanto insistí hasta que lo convencí de acercarnos.

• Buenos días bellas damas, ¿podemos acercarnos y hacerles compañía un rato este par de humildes caballeros?

• ¡Claro porqué no! Dijo una de ellas. Es momento de celebrar y de compartir entre todos los venezolanos de bien.

Me presente con un ademan de caballero y les dije que mi amigo Nube gris deseaba bailar una pieza con alguna de ellas.

Nube gris me miró con asombro y se negaba a bailar, pero cuando una de las muchachas se levantó, lo empuje al centro de la pista diciendo.

• Anda Nube gris que esto es pan comido, seguro que esta noche ligamos.

Comenzó a bailar Nube gris y yo empece con mi cortejo con la otra muchacha, fue tanta la emoción de Nube gris de estar bailando que no se percató de un perro que andaba dando vueltas en la pista, que levantó la pata y le orinó todo los zapatos.

Ahora si estaba en problemas, hediondo a mierda de zamuro y con los zapatos todos llenos de orine de perro.

• Ahora si me voy nojoda, no puedo andar así. -Me dijo con rabia.

Yo con casi media tarea concluida con mi amiga, le digo que se calme, que todo va a estar bien. Que es solo mala suerte pero que la chica ya me había dicho, que el le gustaba a su amiga.

Logré convencerlo y al calmarse, volvió con la tarea de entretener a su chica.

Fue oscureciendo y las cosas comenzaron a ponerse buenas, mi amiga me invitó a su casa a "tomar un café" y me dijo que invitara a Nube gris también que su amiga lo quería así.

De pronto, entre manoseos y besos, Nube gris pega un salto y me grita.

• ¡¡Esta tipa tiene Bolas!!.- ¡¡Estoy besando a un marico nojoda!!

Estupefacto y con la boca abierta miro a mi compañera con asombro y esta me dice.

• Es mi hermano Alberto, nunca había salido de la casa hasta hoy. Pero de verdad que le gusta tu amigo.

Haciéndome de fuerzas para contener a Nube gris de darle una golpiza a el pobre Alberto, salimos de la plaza y nos alejamos entre la muchedumbre que todavía seguían en las calles, solo unos segundos pasaron para que empezáramos a reír de lo sucedido.

• Que bolas, besé a un hombre marico... Eso nada mas me puede pasar a mi. (Risas)

• Que importa vale, yo no se lo voy a contar a nadie. (Mas risas)

Nos detuvimos en medio de la calle y nos sentamos un rato en la acera a descansar de un agotador pero feliz día. De repente, una piedra cayo del cielo y golpeo en la cabeza a Nube gris.

• AAAYYYYYYYY.... -Grito con dolor mi amigo. Y un pequeño hilo de sangre comenzó a correr de su cabeza.

• Lo que me faltaba, ahora de paso salí cortado, pero no seré el único.
  Agarró la piedra y la lanzó con fuerza a la multitud que regresaba a sus casas.

Para terminar , nos metimos en un bar cercano a beber unas cervezas frías y reírnos de todo lo que había pasado ese día.

Salimos bien borrachos caminando por la calle hacía la casa de Nube gris, todavía había gente celebrando y gritando consignas.

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Al acercarnos a la casa de mi amigo, vimos una muchedumbre apostada en la puerta de entrada, extrañados por eso, aceleramos el paso y la hermana de Nube gris nos recibió con lagrimas en los ojos.

• ¿Que ocurrió?.- Preguntó Nube gris a su hermana

• ¡Una desgracia!, alguien lanzó una piedra en la calle y mató a Mamá.