Aquella tarde, mientras el sol nos acompañaba, él miró el mar como si fuese un lugar donde quedarse y me dijo:

No todo es tan mecánico. Decir que mañana será lunes porque hoy es domingo, que amanecerá mañana luego de la larga noche de hoy, sería resumir las cosas a una fórmula matemática que le quita todo rasgo de sorpresa, de misterio a las cosas. Decir que el mar será siempre azul, es decir que has visto el mismo mar toda la vida y lo que es peor, que has quedado inconmovible ante él.

[_{Foto propia}]

Si el mar es transparente y calmo, si ninguna piedra lo enturbia, hay algo de ti en ese mar que te posee. Si por el contrario, las olas arrastran y mojan todas las orillas, el mar eres tú hecho cenizas humeantes. Nos confesamos ante lo que vemos, porque vemos lo que sentimos. La realidad es un espejo de nosotros. Porque aunque no lo creas, a veces llueve en el alma, sale el sol en el alma y también en el alma hay tempestad.

[_{Foto propia}]

Un día te vas y ya ese lugar no vuelve a ser lo que era. Nunca lo será más. Pero con tus pupilas has arrancado un pedacito de él que se va contigo. Y cada vez que vuelvas a él, lo sacarás del rinconcito y cada vez será más distinto y lejano. Y echarás de menos aquel lugar que viste, en donde estuviste, pero también te echarás de menos tú, que ya tampoco volverás a ser.

[_{Foto propia}]

Así, cada vez que miro el mar, lo miro distinto. A veces está sereno como un gigante dormido, otras veces bravío como un guerrero implacable. Hoy amaneció amarillo, lleno de luz, parecido al brillo de una mirada al final de una tarde. Aquella tarde que viene siempre a mí, como viene el mar a besar la orilla sin esperar a nadie.

HASTA UNA PRÓXIMA LECTURA, AMIGOS

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*Todas las fotografías fueron tomadas y trabajadas con mi celular Blu C4CO5Ou. Android dua