Que mala historia infantil. A mis hermanos y, a mi solo se nos permite jugar con nosotros mismos. Nada de amigos, ni en la escuela ni en casa. Si alguien viene a casa, toca castigo. Nadie debe entrar a nuestra casa. Así pasé mi infancia, jugando, gracias a Dios, con mis hermanos.
Un abrazo solidario.
@gertu Es bueno tener a alguien con quien jugar. Mi hermano menor no se atrevió a jugar. Él solo hizo lo que llegué a casa. Si hizo algo malo, me castigarían por ello.