Juzgado mi peso y mis pasos
en la inmunda sobrevivencia
de mi turbio transitar
por el vergel de tus restos,

pero si esto es solo basura,
tú eres un gen del desperdicio.

Soy quien recolecta
restos fúnebres de lo que un día fuiste
y eso que llamas impurezas
son las escamas de tu vida
que va envuelta en un fino plástico.

¡Qué ironía! Bonito espejo el de tus bolsas,
exquisita es la colección de tu fétida frivolidad,
sin embargo, es cierto lo que dicen:
tu basura es el tesoro de alguien más.

Yo vuelo
rastreando huertos de tu holocausto,
vigilo sin asecho,
porque las trampas te la has puesto tú
y en los edificios, nubes y basureros,
camino con el oro que has dejado ir,
con la plata que nombraste inútil,
con la comida que no te sació
y aquí estoy; al lado de tu raza
hurgándote sin que lo sepas,
juzgando los mares sólidos de tu bondad,
mientras me alimento
de tus obsoletas morocotas.

Y soy yo quien apuesta
a tus presuntos valores
el que abre sus fauces
para mentolarse de carroña,
el que se come
las mentiras y verdades de una sociedad
que dio su sentencia para verme
como máscara de la Parca.

Pero piensa que
en la inmunda sobrevivencia
de mi turbio transitar
por el vergel de tus restos,
colecciono tu fétida frivolidad,
reúno tus obsoletas morocotas,
rastreo los huertos de tu holocausto,
y soy el espejo de aquella identidad
que traiciona su valor, su peso y su paso
para juzgarme como lo turbio de mi color,
sin pensar que mi oficio es necesario
para pulir la gema de tu raza
que también come dádivas junto a mí
y hace banquete del oro al que no viste brillo
mientras dice "Salud" cuando engulle
el tesoro que existe
en los mares sólidos de tu bondad.

Las fotos del ave las tomé con una Nikón D5200 y un lente 55-300m y la del hombre en el basurero, con un Samsung S6