(9) La princesa encantada

in #nsfw7 years ago (edited)
Respiró hondo y esperó que la sangre le volviera a la cabeza para poder pensar. Pero ese fue un tiempo suficiente para que los brazos y las piernas de la princesa se relajaran y volvieran a su posición inerte inicial. Elija se puso de nuevo en acción y la princesa lentamente también fue reaccionando. Primero suspiros, luego una mano, la otra, las piernas y así de nuevo se llego al frenesí sexual hasta el momento en que Élija sintió de nuevo que perdía las fuerzas de contención y decidió por segunda vez parar.

De nuevo toda la vida que había recuperado la princesa se desvaneció. Elija lo intento otras dos veces. Puso en ello todas sus fuerzas y contra mas fuerte la penetraba mas revivía ella. Pero el tiempo de aguante de Élija cada vez era menor. El sabía perfectamente que de ninguna manera podía acabar dentro de ella. Seguía reflexionando en esa obligada pausa no sin dificultades a causa de la epoxia cerebral que empezaba a sufrir. En ese estado creyó entender que a mayor fuerza en sus arremetidas, más cerca de la vida llegaba la princesa. Pensó que quizás debía llegar al final como parte del sortilegio. Pero decidido a no intervenir en la descendencia real sin haber sido elegido, solo se le ocurrió una solución.

Respiró hondo he incorporo un poco su cuerpo. Se apoyo con una mano y con la otra asió la pierna de la princesa y la elevo hasta la altura de su hombro donde la dejo apoyada. Cambio de mano de apoyo y repitió la misma operación con la otra pierna. La princesa quedo con las dos piernas puestas en los hombros de Elija. Ahora aquel sexo abierto y palpitante no tenia otra cosa que hacer que esperar la nueva arremetida de aquel miembro hinchado y rojo que parecía que iba a reventar de un momento a otro.

Élija volvió a dirigir con su mano, el pene hacia el manantial de flujos femeninos en que se había convertido aquella vulva hinchada. Lentamente fue introduciendo la cabeza de piel tensada, por el máximo tamaño que había alcanzado, en la fuente de las delicias. Apoyo firmemente las dos manos e inicio de nuevo un bombeo lento; pero en esa posición la princesa parecía reaccionar más rápidamente. Pasaron unos breves momentos de movimiento rítmico y pausado, hasta que Élija lentamente fue extrayendo la daga del interior de su víctima. Cuando la tuvo completamente fuera La toco de nuevo con su mano y la notó, tal y como esperaba, totalmente lubricada. Entonces dirigiéndola de nuevo con su mano enfrentó aquella cabeza morada y enorme con lo que él pensó que era la solución definitiva.

Un esfínter pequeño y cerrado era el último obstáculo para la salvación de la princesa. Empezó el ariete, con cierta inseguridad, a golpear y empujar, pero se antojaba una misión imposible. Siguió empujando pero contra más fuerza hacia más se cerraba la fortaleza. Siguió en su empeño y de repente la cabeza atravesó el portón. La princesa se estremeció de pies a cabeza y sus manos se agarraron en la cintura del muchacho. Élija paró la presión, inseguro de lo que hacia, pero para su sorpresa fueron las manos de la princesa las que le obligaron a seguir empujando a través del nuevo camino. Con ese apoyo a su acción, Elija siguió empujando, hundiendo su garrote milímetro a milímetro en aquel culito por estrenar. Finalmente la resistencia anal cesó y elija pudo sentir que la penetración ya seguiría sin esfuerzo. Las piernas de la princesa estaban totalmente estiradas y tensionadas, sus pies enervados y los dedos de estos cerrados en un gesto de dolor.

La excitación de Élija ya era superior a su capacidad de raciocinio. La mitad del pene ya se encontraba empalando a la princesa. Elija, en lugar de empujar inicio los movimiento rítmicos de pelvis, lentamente, adelante, atrás, adelante, atrás… en cada movimiento el pene se hundía un milímetro mas. De repente, Ya con tres cuartos de verga hundidos en el trasero real, un gutural quejido de dolor, al principio casi inaudible fue aumentando de volumen cada vez que la polla se hundía mas. -Era la princesa que salía de su hechizo- pensó Élija. La alegría lleno la mente de elija,- lo conseguí, lo he hecho, he salvado a la princesa,- pensaba el muchacho.

Pero como la felicidad había detenido el baile sexual, fueron las uñas de la princesa clavándose en las nalgas del muchacho las que le recordaron que aun no estaba todo hecho, y antes incluso de que pudiera reaccionar, fue la misma princesa bien, asida a las nalgas del muchacho, la que inicio una cabalgada desbocada que la llevaría hacia el orgasmo final. Elija ahora feliz con el inminente fin del hechizo inicio su propia cabalgada en persecución de la princesa. Fue un momento de descoordinación, pero cuando los movimientos entraron en resonancia, el ejercicio carnal los llevo a ambos hacia las puertas del big bang sexual. Y ya en ese punto, entre jadeos entrecortados se dio un dialogo entre la princesa y Elija, que acabaría con los últimos atisbos de candidez infantil que quedaban en el muchacho.

(Continuará)


Fuente de imagen: http://www.met-arti.com/model/metart/ariel_a/lean.html
Sort:  

This post has received a 1.35 % upvote from @buildawhale thanks to: @valki. Send at least 1 SBD to @buildawhale with a post link in the memo field for a portion of the next vote.

To support our daily curation initiative, please vote on my owner, @themarkymark, as a Steem Witness

Coin Marketplace

STEEM 0.17
TRX 0.15
JST 0.028
BTC 62102.06
ETH 2415.08
USDT 1.00
SBD 2.49