Nuevas mentalidades para la era de las webcam girls

En un mundo donde las ideas tienden que ser reducidas a una versión simplista de 140 caracteres es muy importante que nos hagamos algunas preguntas y analicemos hacía donde nos dirigimos.

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¿Qué mentalidades genera la era de las webcam girls?

Estamos hablando de mujeres que sólo les importa su apariencia y hacer dinero. Nada más de la vida les importa que eso, siempre hablando en una mayoría, descartando las excepciones a la regla. Personas que no tendrán un carácter formado o una personalidad muy desarrollada. De hecho, creo que es un gran problema que nuestra sociedad está enfrentando como conjunto actualmente, no solo las mujeres.

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Con un gran porcentaje del género femenino cada vez más superficial gracias a las redes sociales, particularmente Snapchat, Instagram, Tinder, entre las más conocidas, se gasta cada vez más dinero y tiempo en maquillaje, selfies y demás porquerías para ser más bellas a nivel superficial e invierten menos tiempo en desarrollar su interior, junto con un sentir pasivo ante la vida, la satisfacción instantanea inhibe en muchos seres el sentido de rebeldía generado por la disconformidad de nuestra realidad presente. Es bastante triste. Avanzamos hacia una sociedad llena de “perras virtuales”, completamente vacías por dentro.

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Hipersexualización que viven las sociedades capitalistas de occidente

Por otro lado, también los hombres son cada vez más metrosexuales, sienten más preocupación sólo por su imagen e invierten cada vez más dinero en ropa, bronceados de cama solar, articulos de belleza, así como tratar demostrar un nivel de status que raramente se complementa con una personalidad desarrollada a la par. Es decir, las personas estan preocupadas más por aparantar algo que por serlo, las apariencias engañan y las máscaras se pueden comprar en cualquier paseo de compras, encontrar en cada publicidad las soluciones mágicas para ser feliz, recetas para encontrar amor o ser el deseo y consumirlo, entre todas las demás chácharas, espejitos de colores para distraernos, la sobreinformación para confundir y no dar nada por cierto.

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Las soluciones mágicas no existen y desarrollarse como ser humano pleno precisa dedicación, el autoconocimiento que se ve abruptamente interrumpido por el siguiente match de Tinder o los "20 me gusta" que tiene la última foto que subiste a Instagram. El no tener tiempo para estar con uno mismo limita el desarrollo de una personalidad completa y fuerte.

Saber reestringir su uso sería la llave, pero para ello habría que no quedar impasible y sambullirse de lleno en la mejor versión del mundo que podemos tener.

¿Qué generan estas oleadas de liberacion de costumbres?

Acompañando este cambio se puede ver el aumento de las relaciones del mismo sexo, lo cual demuestra una disminución importantísima de los viejos dogmas religiosos de antaño que le ponían un parate a la liberación sexual. La pasividad con la que se vuelve a ver el mundo que nos rodea da miedo. Se expresan ideas y conceptos cada vez más simples porque nuestra atención dura lo que tardemos en dar otro like. También ha progresado la generalizada infantilización de la sociedad produciendose un desfalco generacional de comportamientos.

Muchos de estos moldes sociales o estados de castración psicologicas que nos imponen las redes sociales son a nivel inconsciente. Que no sea la evolución del marketing quien se encargue de dictar nuestros comportamientos, distingamos sí lo hacemos porque nos los pide el corazón o estamos cayendo en adicciones baratas virtuales.

Esta claro que con las nuevas tecnologías, las ideas tienden a ser reducidas a una versión simplista de 140 caracteres. Por esta razón hay que darle más importancia a redes como SteemIt, Steepshot y otras que tratan de agregarle sustancia al mensaje, en vez de un reduccionismo en pos de que un individuo pase más tiempo frente a la pantalla viendo una aplicación con un algoritmo que escoge que mostrarle para que este vea 3, 6, 8 publicidades más.

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La gran mayoría de las personas no asimila aún que esas redes sociales de la primer ola, es decir, Facebook, Instagram, Twitter, Tinder, Grindr, Happn, etc, el individuo es el producto, por más de que quieran hacernos creer que su modelo de negocio se basa en la publicidad. Lo que ellos ofrecen a los que pagan es la capacidad de llegar a la audiencia correcta y entender cómo hacer esto, no es más que capitalismo hasta la última letra, el fin es generar dinero, no generar mentes pensantes, personalidades bien formadas, sino organizando nuestro comportamiento en base a las interacciones que nos generen más likes.

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Un rapero que escribe algo más que invitarte a mover el culo, llamado Foyone, se hace la siguiente pregunta: ¿somos mágicos o carne que se desintegra?

todos iguales los mismos patrones mentales,
los mismos gustos, los mismos sustos,
ve tras la caza de verdades, devora esos ideales
de los hombres y mujeres que saben que nada saben
Sangro plástico, ¿cuál es tu bando en la guerra?,
¿somos mágicos o carne que se desintegra?

La segunda ola de redes sociales es la que gestó y sigue gestandose en sitios como SteemIt o Steepshot, potenciados por la tecnología blockchain seguirán surgiendo otras redes sociales capaces de ayudarnos a enfocarnos en desarrollo y bienestar colectivo, Reddit 2.0, sin censura, sin algoritmos que privilegien la ganancia empresarial, sino que como primordial lleven como bandera las ideas de bienestar común y desarrollo humano, tratando de minimizar el individualismo que sólo genera odio e infelicidad, lucha de egos en carrera hacía la nada. Y a su vez me pregunto:

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¿Hasta donde nos dejará llegar el titiritero antes de callar a todo aquel que quiera salir de este apocalipsis zombie inminente?