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Hace ya días que leí que se quería declarar el Espeto como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

La verdad es que yo soy fan incondicional de este manjar, que es simple, pero cuyo sabor es indescriptible. ¿La diferencia? El modo de prepararlo, sardinas espetadas en una caña que, al ser hueca, hace que el calor pase por medio de estas logrando una cocción perfecta que provoca que ni se queden secas, ni se quemen.

El colectivo gastronómico que ha promovido que declaren al espeto como Patrimonio Cultural (La Carta Malacitana), ha editado un pequeño libro "El espeto de Málaga en 20 respuestas", donde podemos encontrar, tal y como lo describen en el artículo:

Las peculiares características que hacen del litoral malagueño el único punto del orbe donde el pequeño pescado azul se asa en cañas y se come —debe ser así— con los dedos. Si es con los pies enterrados en la arena, con doble placer.

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LA CIENCIA QUE EXPLICA LA MAGIA DEL ESPETO DE MÁLAGA

Sardinas se comen en muchos lugares. Y preparadas de muy diferentes maneras. Ahora bien, sólo en los señeros chiringuitos de Málaga se sirven en el plato asadas después de haber sido ensartadas en una caña...

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Me encanta leer este tipo de noticias que hacen que me sienta orgullosos de ser Boquerón

¡¡¡UN SALUDO Y STEEM ON!!!

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