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Despertó en el suelo de una catedral antigua, una tenue luz lo estaba iluminando, pero sin ser suficiente, un hedor a carne putrefacta invadió su olfato. Se levantó mareado y asqueado. “¿Qué hacía en ese lugar?”, Se preguntó mientras miraba su alrededor, y se percató que en esa edificación no habían ventanas, ni siquiera una salida. Camino por los pasillos, el hedor aumento. Descubrió la fuente del repugnante olor, y su corazón comenzó a latir rápidamente. Era un bebé muerto, tenía el vientre abierto por dónde se arrastraban los gusanos y de su boca salió una cucaracha.

Asqueado apartó la vista, pero el fallecido infante aparecía en cualquier dirección a la que mirara.

Se apartó, no quería estar cerca del infante. Empezó a caminar nervioso por la catedral buscando alguna ventana o ¿alguna salida?, pero solo se veía pequeñas tomas de luz. Su respiración se agito y comenzó a sentirse desesperado. Mientras más camino y más se adentró en la catedral, comprobó que realmente estaba encerrado… estaba aterrado, quería huir de aquel sitio.

Su piel se erizo, su piel quedó sin color, frente a él estaba un hombre obeso, con sotana y la cara llena de llagas, el sujeto estaba abusando de una niña, esta gritaba de dolor. Pero todo quedo en silencio, ya no habían gritos. Una risa ensordecedora lleno la habitación, el sacerdote dio un paso para atrás al verlo levantarse, y darse la vuelta.
En ese momento todo congelado quedo, el hombre lleno de llagas…

Era él mismo.

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~Este fue el relato que se me ocurrio para el concurso de @trenz, y te agradezco por haber dado un poco de tu tiempo por leer este micro-relato, me gustaria leer tu opinion sobre el mismo en los comentarios.
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