Hay seres maravillosos que dejan huellas imborrables. Asi como tu NONA, y como otras tantas que entregaron sus vidas a hijos y nietos.
Mi padre, (el mejor del mundo, bueno eso dicen todos los hijos de sus padres), fallecio hace tres años. Todos los dias me sorprendo de como su vida, su experiencia y sobre todo su amor por mi y por todos los que le rodearon, han dejado huellas imposibles de no ver y de no tener en cuenta. Su partida fue inesperada y dolorosa, pero llena de coraje y valentia. Hoy lo extraño como si acabara de irse. Pero tengo la certeza que su alma y su corazon estan tan dentro de mi, que no me abandonan nunca.
Saludos.