Gracias por el tema. Pienso que cada quien vive e interpreta la vida desde su propia experiencia o por la información obtenida de otros, como por ejemplo de los padres o del entorno. Muchos seres humanos dado al desarrollo de su personalidad, falta de interés o flojera, son incapaces de indagar e ir mas allá de lo que se puede apreciar con los sentidos.

Por eso ha sido difícil entender que la esencia de Dios parte de sí mismos y luego desde el prójimo, pues lo que deseas para otros lo obtienes para ti, como un bumerang, porque somos energía, irradiamos energía y Dios es intangible porque también es una energía.
Algo así como, que: La sumatoria de todos, es decir, tu, yo y los otros, que somos energía, es igual a Dios; esto incluye a la naturaleza (desde las plantas, la tierra, las piedras y los animales).
La diferencia radica en la potencia o intensidad individual de cada ser. Es decir, somos como los bombillos que se clasifican en diferentes voltajes, son individuales pero juntos iluminan al mundo.

Para esas personas que dan Gracias a Dios, ellas pueden decir primero: "Gracias a Dios, que puso en mi camino a este ser para ayudarme" y obviamente, tal como lo expresa usted en su escrito, la persona debe dar gracias a quien ejecutó la acción de ayudarlo, por el esfuerzo dado, dando el mínimo de aceptación a las normas de cortesía.

Mi experiencia me ha demostrado, que cada religión o creencia ve al mundo desde perspectivas e intereses diversos, ya sea por ignorancia, convicción o por conveniencia, no estamos al tanto de saber exactamente en qué momento se activa una u otra, pero según la decisión tomada ocurre una consecuencia que puede ser, por ejemplo, positiva para mi y negativa para otro.

En conclusión el mundo es del color que cada quien le quiera poner. Y ejemplos sobran religiones que no permiten transfusiones de sangre, creencias que no permiten el uso de animales para alimentarse, sectas que asesinan personas y animales como sacrificio para entidades, etc.