Iniciar en Steemit fue algo totalmente nuevo para mi, me dijeron que tenia que presentarme. Pero no lo hice, por esa razón ahora decidí contarles quien soy y de donde vengo.

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Nací en Santiago de Chile en 1968 bajo unas circunstancias un poco difíciles para mi familia, pero con el apoyo de todos ellos todo salio bien, tengo unos tíos maravillosos que hicieron con sus propias manos mi cuna y toda la decoración de mi cuarto, un abuelo de principios firmes muy idealista y moderno para su época y una abuela que podía con el mundo entero y mas.

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Lo que mas recuerdo de esa época de mi vida, a parte de las enseñanzas de mi abuela, es el aire que se respiraba en Santiago. Lo recuerdo limpio y con un cielo azul inmenso. Vivía frente a la cordillera, podía ver los caminos que dibuja la nieve, los vecinos, los amiguitos de la infancia, la pandilla del otro edificio que eran tremendos, la ida al colegio temprano en la mañana, el respeto con que tratábamos a los maestros, la primera vez que vi la nieve cuando me desperté en la mañana.

Vacaciones en Linares

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Llegábamos a las casas de la familia de mi abuela, podía estar en una casa o en otra, eran sitios diferentes pero era la libertad completa. Podía ir al río, que te lanzaran de un lado al otro de sus orillas, en un caucho de camión. Guau! era toda una aventura. Me enseñaron a montar a caballo y para mi seguridad me dieron a la yegua mas vieja, no recuerdo su nombre pero si que era blanca y que tubo un potrillo hermoso y jugeton. Un día mi prima mayor se monto conmigo, me puso detrás de ella, agarro la fusta y puso a galopar la yegua como la velocidad de la luz. Estaba asustada pero llena de emoción. Esa fue la primera vez que galope. Mi prima lo hizo para cruzar el río y sacar unas moras directamente del arbusto.

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También recuerdo cuando mis primos me llevaron a la casa donde estaba un enorme sauce llorón. En esa casa había una pila de agua, de esas antiguas, donde me metían abajo de ella y me caía el agua del campo para refrescarme. Pero el secreto mejor guardado de la casa estaba al fondo. Tenían un terreno lleno de arboles de melocotón. Para mi eran melocotones inmensos, como melones que no me cabían en la mano. Cuando los comía su jugo me bañaba, pero que cosa tan sabrosa. Luego me montaban en la parte de atrás de una pickup y recorríamos por una carretera larguísima rodeada de pinos a ambos lados allí podía ver el cielo estrellado del campo al sur de Chile mientras un fuerte olor a pinos nos invadía los sentidos. Eran unas vacaciones que nunca he olvidado y que he querido repetir toda mi vida.

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Otra aventura que recuerdo fue el día que cruzamos un puente colgante de madera con cuerdas a los lados, como salido de una película de Indina Jones. El puente era muy viejo y podía ver un precipicio inmenso bajo mis pies. Cuando estábamos en la mitad mi primo empezó a brincar. Me asuste tanto que se me marcaron las cuerdas en mis manos. No recuerdo mas nada de aquel momento. Pero esa escena en el puente todavía la tengo en mi memoria.

Regreso a una Realidad Cruda

Cuando volvíamos a Santiago, todo iba bien hasta que llego el día oscuro, ocurrió el Golpe de Estado. Pero esto lo narraré en un siguiente articulo.