EL INMIGRANTE

Quien ha sido inmigrante alguna vez en su vida? Al salir de su país de origen nadie sabe el sentir de la persona que decide salir, ir a otro país que no sabe de sus costumbres, idioma, idiosincrasia; quien sabe del sentimiento de dejar a su familia, sus raíces, por ir en busca de una mejor vida, o por lo menos tras una oportunidad de trabajo, de sacar a delante una familia, unos hijos que estudien y no sean unos delincuentes; quien sabe del impacto emocional y lucha por surgir y no morir de mengua en su país que no le brinda de momento la certeza de un trabajo y una seguridad social, de que su familia crezca feliz en un ambiente sano. Quien sabe de lágrimas, rechazos, xenofobia, tristezas, noches en vela por la ilusión de una oportunidad de ser feliz. Donde queda que cada país debe brindar a su población seguridad social, educación, salud, si las personas encargadas de facilitar a su población se dedican a los intereses personales.
El inmigrante tiene una tarea cuesta arriba primero salir de su país dejar a su familia, amigos etc, sino que además debe adaptarse a una nueva cultura y procurar sostenerse en ese nuevo país que es su hogar ahora; y a veces soportar la xenofobia, el desprecio; cuando solo el inmigrante lo que quiere es trabajar, aportando su trabajo al empuje de este nuevo hogar. Es de mencionar que muchos países abren sus puertas y le dan la bienvenida a quienes llegan a trabajar hombro hombro con sus paisanos.
Gracias a esos países que no saben de frontera que promueven un nacionalismo internacional por así decirlo. Gracias a aquellos países que apuestan por incorporar a su cultura otras culturas, para que así haya una diversidad de conocimientos.