Mi día comenzó a las ocho de la mañana. Aun tenia sueño pero me obligué a levantarme porque debía hacer algunas cosas. Tras realizar mi aseo personal revise WhatsApp para ver los nuevos mensajes y luego desayune una rica arepa y café con leche.

Al reposar me dispuse a poner a remojar el que era mi bolso escolar y que ahora destiné para llevar mis tacones, maquillaje y el cuaderno de apuntes a la academia. Ya yo lo había llevado la semana pasada, sin embargo, se veía un poco sucio y decidí lavarlo para que estuviera más presentable. En eso duré unos veinte minutos.

Luego de ese «lavado moment» busque hoja, lápiz, borrador y colores para realizar una pequeña asignación que mando la profesora. Se trataba de hacer un pequeño escrito de diez líneas, tipo ensayo, con nuestro nombre, edad y otros datos que quisiéramos agregar más la razón por la cual estábamos en la academia.

Yo ya tenía más o menos pensado lo que colocaría así que no perdí tiempo y además coloqué música porque con música todo queda mejor. Pensé que no duraría nada haciendo eso pero lo cierto es que hasta dañé una hoja y de última hora me decidí colocarle el nombre de la academia más arriba para que no se viera tan vacio jeje.

De la nevera tomé un rico caramelo que mi papá había comprado y tomé el celular para pasar algunas fotos a la computadora y adicionalmente descargar un nuevo video que la profesora había subido a Instagram sobre algunas cosas que hemos venido haciendo aquí en la academia ¡y me encantó!

Tras un rico almuerzo preparado por mi mamá y en vista de estar un poco aburrida y fastidiada por los apagones que últimamente ocurren a eso de la una de la tarde, entré a la aplicación Wattpad para leer algo de mi biblioteca sin conexión. Me decidí por una saga llamada Legendarios, el primer libro se llama «Mientras te observo».

Que trata, más o menos, de un colegio en donde estudian los hijos de las familias más importantes y poderosas de todos los países, los cuales son descendientes de seres casi que mitologicos – según lo que he ido entendiendo – y por lo tanto, hacer prevalecer su linaje y más aun sus poderes es realmente importante.

Cuando se hicieron las tres y media de tarde me fui a bañar y acomodarme para ir a la academia, afortunadamente el bolso ya estaba seco y metí todo lo que llevaría en esta oportunidad allí. A las cuatro y media partimos pues debíamos pasar buscando a la profesora.

Mi papá esta vez tomo otra ruta y pasamos por donde arreglaron una pequeña plaza que estaba allí; pintaron todo, colocarnos plantas y un parquecito para que los niños del sector que está cerca pasen un rato divertido. Del otro lado de la carretera colocaron muchas banderas que antes no estaban.

Seguimos nuestro camino ya que el lugar a donde íbamos era un poco lejos; es conocido aquí en Anaco como la Vía HP y está llena de urbanizaciones y casas bonitas. Cuando llegamos al a urbanización destinada le avisé a la profesora que ya estábamos ahí y nos fuimos a la academia.

Tuvimos una clase bastante agradable y además se integró una nueva chica llamada que hasta ahora es la menor de todas, tiene 11 años. Mientras, yo sigo siendo la mayor con 17 años, soy la viejita del grupo jajaja.

En fin, tuvimos una pequeña y rápida clase de automaquillaje enfocándonos más en las cejas y luego pasamos a leer la asignación sobre el ensayo. Fue bastante divertido porque tuvimos el reto de leer lo escrito interpretando dos estados de ánimo: felicidad y tristeza. Luego tuvimos algo de actuación.

La clase termino a las seis y quince y pronto nos fuimos a casa. Al llegar conté como me había ido y mi mamá me pidió el favor de que hiciera las arepas. Cabe destacar que no fueron las arepas más bonitas del mundo pero lo importante es que las hice, tampoco es como si llegaran redondas al estomago jeje.

Mientras se cocinaban me sumergí un ratico en Steemit para revisar mis notificación y visitar algunos post. Luego de comer me puse ver videos en Facebook y a las nueve, casi diez, me fui a dormir dando por finalizado mi día.