Es un placer participar en esta temporada 18 del Steemit Engagement Challenge, donde podemos contar una historia con fotos tomadas desde nuestros dispositivos. Me parece interesante la dinámica, nos esmeramos en tomar buenas fotos para desarrollar una historia a través de ellas.

Aunque esta historia surgió a través de una incógnita que tengo. Todas las mañanas la veo esta joven barrer cerca de mi casa. Siempre se cubre el rostro. Le tomé un par de fotos, una ayer y la otra hoy. Otras fotos es sobre sobrina que se graduó de enfermera, las tomé el lunes en la Cruz Roja de Caracas. Las demás, las tomé cerca de mi casa, me sirvieron de gran ayuda para armar la historia.

Kenya. Tenía 15 días barriendo en las calles. Se conformaba con lo que los comerciantes de la cuadra le daban para poder comer. Mientras las calles permanecieran bien barridas y bonitas, ellos estaban contentos. Vestida de diferentes colores y una peluca en la cabeza y una escoba en la mano. Era muy querida, siempre andaba con una linda sonrisa. La llamaban Kenya, le acuñaron ese apodo debido a que nadie sabía cuál era su nombre.

Kenya vivía en un local abandonado, donde apenas tenía los servicios básicos para subsistir, un colchón viejo que colocaba en las noches para dormir y un closet con ropas, zapatos y pelucas coloridas que le protegían de las clemencias del sol. No sabía a quién pertenecían, pero las cuidaba con mucho amor, es lo único que tenía. Según comentarios de la gente, Kenya había perdido la memoria, ella solo recordaba haber despertado en ese lugar.

Tiempo después, en cierto momento que ella estaba en su actividad de limpieza, miró pasar unas enfermeras, enseguida vinieron a ella recuerdos ajenos y, a la vez, familiares. Sintió mareos y mucha confusión. Trató de estabilizar su cuerpo y mente con pasos cortos, una voz que se ahogaba, gritó "Mamá".

Las enfermeras aceleraron el paso. Uno de los comerciantes al ver a Kenya, se acercó con un vaso de agua. Le dio a tomar un pequeño sorbo y le preguntó, "¿Qué te pasa?". Ella, todavía, con la voz ahogada y con la mirada en las enfermeras, que estaban a punto desaparecer en una esquina, dijo, "Una de esas enfermeras es mi mamá, tráelas por favor".

De este suceso, con el tiempo, Kenya recuperaba la memoria. Recuerdos de un carro y un robo. Recuerdos de su hogar como un consultorio improvisado. Utensilios y equipos médicos transformándose en pelucas e indumentaria de colores.

Con el tiempo Kenya volvió a ser Lizneida con el apoyo de los que ella ayudó en la Cruz Roja. Con mucho amor, continúa ayudando a quien lo necesite y prestando su apoyo a los nuevos grupos, honrando a su mamá.