Es un placer compartir mi receta de la semana en #SV-Gastronomico, organizado por su moderadora nuestra amiga @lirvic. Y con gusto comparto con ustedes.

Muchas veces mi organismo me pide comer sopa, y no cualquier sopa, sino alguna que recuerde haber comido cierto momento. Me sucedió que hoy me antojé de comer sopa de hueso. Menos mal tenía algunas verduras, hueso y algo de pollo.

La sopa de huesos tiene la ventaja que aporta gran cantidad de minerales, calcio, magnesio y fósforo, esenciales para mantener fuertes nuestros huesos y dientes, también proporciona aminoácidos en equilibrio, promoviendo un correcto metabolismo y un buen funcionamiento celular.

Después de lavar los huesos, los coloqué en una olla con suficiente agua y sal a fuego alto por una hora para que suelten bien los nutrientes, aunque recomiendan que los dejé hervir por más tiempo.

De verdura, le coloqué solamente yuca, auyama y mazorcas. Eso lo aprendí una vez que comí sopa en un restaurante. Me encantó como con sólo esas 3 verduras le dan un sabor especial. Después de lavarlas, las corté en trozos más pequeños y reservé.

Después de una hora que ya los huesos soltaron suficientes nutrientes, le agregué el pollo, los jojotos y las yucas. Dejé hervir por 15 minutos, y por último le agregué la auyama.

Lavé y corté la cebolla, pimentón y cilantro. Trituré los ajos, los coloqué en una sartén con dos cucharadas de aceite. Dejé freír por unos minutos y se los agregué a la sopa.

Y por último después de haber agregado los aliños, le agregué el cilantro para que suelte sabor y aromatizar la sopa.

Así quedó mi rica y nutritiva sopa de hueso. La acompañé con medio limón. Quedó bastante espesa y con buen sabor.