Vuelos de despedida.

Antes la llegada del Crepúsculo, el sol iluminaba todo el cielo con una tonalidad naranja intenso, mientras pasaban 17 pájaros hacia la misma dirección, pude detallar que unos desplegaban sus alas más fuertes que otros y no lograban coordinar su vuelo, pero aun así ellos seguían unidos para lograr llegar a su destino desconocido.

Mientras contemplaba está hermosa escena sentí mucha gratitud en mí, y comencé a recordar los momentos que viví junto a mi hermana, quien me ayudo a alzar mi vuelo como un pájaro y en los tiempos más difíciles, cuando no veía el sol salir, su amor y apoyo fueron mi refugio y aun con nuestras diferencias siempre nos mantuvimos unidas.

Sin embargo, No siempre los pájaros vuelan hacia la misma dirección, lo mismo pasa con la familia, hay quienes deciden tomar caminos diferentes, entiendo que esto es parte del ciclo de la vida, pero duelen las despedidas, a pesar de ello, en ese momento yo no sentía tristeza, seguía sintiendo gratitud porque sé que a pesar de que cada uno toma un vuelo distinto, vamos a estar conectadas para siempre con el amor y los recuerdos.

Después de observar como el sol se ocultaba lentamente el horizonte, me dirigí a despedirme de mi hermana, le agradecí por todos los momentos vividos y compartidos, le dije que aunque hoy abría sus alas para explorar nuevos cielos, nuestro vínculo jamás se rompería. Ella sonrió, me abrazó y luego se marchó.

Fuente

Con un cielo cubierto de nubes grises, tratando de tapar el único rallo de sol que se asomaba, las colinas al rededor del mar se alzaban a la vista, mientras que en la arena había piedras dispersas de todos los tamaños y formas que daban la sensación de un ambiente contaminado y de abandono, esta era la vista que tenía mientras me sentaba en la orilla del mar, en una banca de madera, llevándome las manos hasta la cabeza.

No era el panorama lo que me angustiaba, sino el torbellino de emociones en mi mente, que hacían mucho más grande mi cabeza y los ojos saltones, quizás por llorar tanto o porque me siento como si fuera de otro planeta, muchos no me comprenden y me señalan por ser diferente.

La tristeza, invadía todo mi ser y había una voz que me decía "camina hasta el mar hasta que el agua cubra toda tu cabeza", una aparte de mí quería hacerlo, Pero otra parte ya no quería escuchar más esa voz.

Cerré mis grandes ojos, y sentí como las olas me empujaban hacia atrás, poco a poco el frío se fue apoderando de mi cuerpo, era increíble la sensación de sentirme dentro del mar, al abrir los ojos el agua me llegaba hasta el cuello, no lo podía creer, ¿Cómo llegué hasta aquí? Entre en pánico, queriendo regresar a la orilla, pero ya era tarde, pocos minutos después el agua alcanzó toda mi cabeza y dejé de respirar.