CLUB5050 -Lunes de Escritura: Lo que más cuesta (Parte II)... por @alanasteemit

Fuente

Con lágrimas en los ojos, en aquel justo instante, ella entendió que lo que más cuesta en la vida no son las cosas materiales sino desprenderse de ellas y con el corazón roto se despidió de él.

Llegó a la habitación del hotel donde se estaba quedando y empezó a hacer los preparativos para volver a su país. Más consciente que nunca se dio cuenta que sus pensamientos se habían quedado con él y su apego hacia lo que poseía pesaba más que sus maletas, cargadas de cosas que en poco tiempo ya no tendrían mayor sentido.

Conocerlo le dio la oportunidad de saber que siempre permanecía un vacío que había sido llenado falsamente con cosas materiales, mismas cosas que hoy lo alejaban de él y de ese amor que ella misma había decidido que no podía ser.

¿Por qué costaba tanto intentarlo?, ¿por qué no puedo simplemente quedarme con él?, era la primera vez en que se conjugaban el vacío con la tristeza, pero entre dudas e incertidumbre igual se marchó.

Estando en el aeropuerto, esperando abordar el avión escuchó las risas de una de sus amigas diciendo ¿ese no es el chico de las flores? ¿será que vino a venderlas acá para poder llevarse algo de dinero a su pueblo? y sus amigas rieron con tono de burla, sin imaginar sobre el romance que había nacido.

Fuente

El corazón de ella empezó a latir sin parar, no podía creer que él había ido hasta allá y sigilosamente se fue acercándose cada vez más.

─ ¿Qué haces aquí?, le preguntó ella
─ Vine a traerte estas semillas y estas flores, le dijo él
─ me supongo que estás decidida a irte, le siguió diciendo él.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y bajó su cabeza y el silencio fue suficiente para entender su respuesta, ella no pudo verlo a los ojos, a aquellos ojos puros y profundos que no volvería a ver.

─ Sólo te voy a pedir algo, continuó hablando él
─ Siembra estas semillas tú misma, no dejes que otra persona lo haga por ti

Entregó las semillas, las flores, se despidió con un abrazo y se marchó, ella no pudo contener el llanto y se fue al baño para disimular, arrancó unas pocas flores y las metió en su pasaporte, las demás las arrojó en un cesto de basura que estaba en el baño, porque le avergonzaba que la asociaran con ese muchacho que había robado su corazón.

Fuente

Hicieron falta varios minutos y unas cuantas respiraciones para poder dejar de llorar y que su rostro volviera a la normalidad y como pudo se volvió a reunir con sus amigos, tomaron el vuelo y llegaron a su destino.

Al llegar a su hogar, ni su habitación, ni las salidas a sitios nocturnos, ni los amigos lograban expulsar de su mente el rostro de aquel que la había poseído como si conociera cada rincón de su cuerpo. En una oportunidad miró a la ventana que justo daba al jardín de su casa y recordó las semillas, así que se dispuso a sembrarlas.

Pasaron varias estaciones y junto a la primavera llegaron los capullos de flores, de aquellas flores que había sembrado siendo semillas, el olor, el olor de las flores la transportó inmediatamente a aquella cabaña, al huerto y por supuesto a él.

Esa noche no pudo dormir, deseaba con locura sentir los besos de aquel muchacho de ojos y mirada profunda y pura. En su afán se despertó para buscar un vaso de agua en la cocina y sin querer tropezó con la mesita de noche, algo cayó al suelo, por lo que prendió la luz para verificar que nada se hubiese roto y para su sorpresa entre las cosas que encontró en el suelo estaba su pasaporte, lo levantó y se dio cuenta que dentro de él estaban las flores secas de aquel día.

Fuente

Ella pensó, esto es una señal, las flores del jardín, el pasaporte, estas flores secas, nunca te pude olvidar, así que te buscaré, necesito verte y sentirte nuevamente.

Esta historia continuará...

---

Si deseas leer la Parte I de esta historia te dejo en enlace aquí