Nunca olvidaré ese día. En la casa teníamos días sin recibir el servicio de gas, cosas que tenía tiempo que no pasaba. Como vivimos en apartamentos tenemos servicio de gas central o directo, es decir, no necesitamos comprar bombonas pero por la emergencia un familiar tenía una bombona y nos la prestó pero la escasez del servicio se alargó y el gas de la bombona se agotó y decidimos entonces sacar una cocinita eléctrica que teníamos guardada desde hace mucho tiempo. Papá la limpio y la instaló en la cocina y la encendió, al poco rato ya estaba lista para el uso.

A mamá como le encanta el café tomó la delantera y se dispuso a montar la ollita para hervir el agua, en pocos minutos el agua hirvió y todos teníamos nuestra tacita de café recién colado. De igual forma pasó con los diferentes alimentos que se cocinaban en la cocinita, todo lo cocinaba a buen tiempo. EL abuelo le dijo a papá, no se emocionen mucho y vayan a cocinar mondongo o una comida que requiera mucha cocción porque no se si la resistencia de esa cocina de para tanto y no sabemos cuanto tiempo más estaremos sin gas.

Papá escuchó la advertencia pero no corrió la información, (Craso error) y a mamá, ese día, se le ocurrió montar caraotas, (un error aún peor). Estábamos todos sentados en la sala conversando y de repente escuchamos un ruido fortísimo y papá pegó un grito y dijo "La cocina explotó". Los adultos corrieron a la cocina y los más pequeños nos quedamos en la sala. Resultó ser que el cable de la cocinita, con el calor "había agarrado candela" y el enchufe explotó. Mi abuelo con toda su paciencia decía, nunca hacen caso, yo se los advertí y mamá había quedado muda y con los labios en blanco al igual que yo. ¡Ese fue un gran susto!