Hola queridos amigos, el día de hoy tengo el gusto de compartir con ustedes mi participación en el concurso de la comunidad Reflexiones de Vida, acerca de las despedidas.

_{Imagen propia editada en Canva}

1.- ¿Cuéntanos la historia de tu despedida del hogar?

La primera vez que deje mi hogar fue a la edad de dieciocho años, a esa edad me fui a estudiar a otra ciudad e iba a la casa de mis padres cada quince días, o al menos una vez al mes. Después ese tiempo podía ser más, pero siempre iba de vacaciones.

Luego regresé al hogar de mis padres cuando me gradué, pero me volví a ir por temas de trabajo a otra ciudad, y posteriormente me mude a una nueva ciudad cuando me case. Es decir, no volví a quedarme mucho tiempo otra vez, una vez que me fui, cuando salí de la secundaría. Por lo cual podría decir que he estado mucho tiempo lejos de la casa de mis padres…

2.- ¿Has tenido que despedirte involuntariamente, ya sea por la separación en el matrimonio, despido de un trabajo o separación de compañeros de estudios? Háblenos de un solo caso.

Para explicar la forma en la que comprendo las despedidas, tendría que hablar del proceso que pase de desear fervientemente que mi matrimonio se salvara, hasta el proceso de comprender que la vida a veces tiene otras cosas para nosotros.

Me case con el deseo y la decisión de construir un hogar pero pronto comprendí que esa decisión y deseo debe ser compartido, pues de lo contrario te quedas solo construyendo sin materiales completos un hogar que de a ratos se derrumba… con mucho dolor tuve que comprender y aceptar que debía dejar ir lo que no funcionaba.

Pase por el proceso de desear, esperar, aceptar, dejar ir, y finalmente comprender que hay despedidas necesarias para poder continuar caminando y hasta respirando en paz el oxígeno que nos regala la vida.

Sé que a muchas personas les duelen estas despedidas, y lo sé porque transité ese camino… Quizá ese es parte de mi aprendizaje.

Recuerdo que mi madre muchas veces me dijo, que a veces somos probados como el oro a través del fuego, y dependiendo del material que estamos hechos, saldremos destruidos, o refinados como el oro… No sé cuantas veces lo escuche, hasta que pude asimilar que lo que vemos como un duro golpe, puede sacar lo mejor de nosotros dependiendo de nosotros mismos.

Esto me enseñó a ser independiente emocional y mentalmente, me enseñó a valorarme como persona, a confiar en Dios, mi familia, mis amigos.

Aprendí, como le dijo Don Quijote a Sancho: El tiempo suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.

3.- ¿Te sientes preparado para una nueva despedida?

En la actualidad, y aunque mi respuesta parezca un poco rara, no creo en las despedidas, creo más bien en el cierre de ciclos, en que vamos a ir cumpliendo etapas y es normal que ocurran cambios, y cada cambio genera nuevas necesidades a ser cubiertas.

Sería bueno permitirnos ir navegando por los ciclos quedando agradecidos por lo que pudimos vivir, y conservando en nuestro corazón el amor que dimos y recibimos, creo que eso se queda con nosotros, no se va, ni se pierde…

De decir si estoy preparada, creo que todavía sigo aprendiendo esa humildad de aceptar lo que la vida nos da, confiando en que esas transformaciones sean siempre para bien, por más oscuro que el panorama pueda verse. Trato de comprender las despedidas, los cambios, desde la fe en que hay un padre allá arriba que se duele de nuestras lágrimas…

Y que de alguna forma así como hay despedidas hay encuentros y nuevos comienzos. Entonces la vida no es una línea recta sino un camino con subidas y bajadas, oasis y desiertos en los que a veces volvemos y salimos y damos vueltas, siempre cobijados bajo la amorosa mirada de Dios…

4.- ¿Qué lecciones nos da la vida con estas despedidas?

La mayor lección para mí, con cada despedida, ha sido valorar inmensamente a cada ser amado, los lugares, los instantes…

Comprender que cada momento vivido es único e irrepetible. Si ahorita quisiera ir al hogar de mi infancia, sé que no lo encontraría como antes, pero sé que vive en mi memoria en los dulces recuerdos.

Las vivencias quedan dentro, el amor dado, el amor recibido, las caricias, las sonrisas, los gestos de los seres queridos no se van, se quedan dentro, y nos forman, y nos hacen ser lo que somos.

Estar agradecida por esto, llena mi corazón… Antes no podía comprender qué significaba eso de decir que algo se queda en el corazón, hoy lo comprendo. Después que mi papá se fue, no pude comprender esa palabra “se fue”… Tiempo después, ahora sé que él no se fue, sino que cuando pienso en él, lo pienso como si estuviera vivo, como si pudiera hablar con él… Eso es lo que quise explicar al decir que no creo en las despedidas, pues en el amor, no existen, sino un continuo, que no termina.

Creo que llevamos dentro lo vivido, y si somos como el oro que se refina, vamos a tomar todas las vivencias y dejar que lo hermoso brille como una luz que no se apaga, dentro.

Queridos amigos, esta ha sido mi participación para el concurso de la Comunidad Reflexiones de Vida, espero que les haya gustado y también se animen a participar. Invito si aún no han participado a @norat23, @fjjrg y @astilem.

Aquí les dejo el link del concurso:👉(ESP/ENG) Steemit Engagement Challenge / S12W6 – "La despedida || Steemit Engagement Challenge S12W6 – "Farewell"

Muchas gracias por leer y comentar.

_{Las fotos son de mi autoría las tomé con un teléfono Samsung SM-A105M.}

@inspiracion