¡Hola! Querida comunidad. Hoy vengo a contarles algo no tan "bonito" Al contrario. Es una noticia que me causó mucha tristeza porque realmente llegó de repente.

^{Equipo de trabajo.}

Como quizás ya saben, tengo poco más de un año en mi trabajo actual. La persona que me realizó la entrevista y la que confió en mí (y me apoyó en todo momento) fue la directora general, la Ing. Deicy. Ella el martes de la semana pasada, nos reunió a todos en su oficina y nos dio una noticia que nos cayó como un balde de agua fría.

Nos dijo que había metido la carta de renuncia porque le ofrecieron un empleo mejor, cerca de su lugar de residencia y con un salario mayor.

Fue una sensación agridulce, muchos nos quedamos sin saber qué decir porque realmente el equipo de trabajo es bastante bueno y ella siempre había sido una más, es decir; Participaba en las tertulias, bromeaba con nosotros, era muy paciente y siempre nos entendía.

También entrenaba en el gimnasio con nosotros, a veces.

^{Saliendo de la oficina}

El día miércoles decidimos organizar una despedida, algo alegre para no estar con la lloradera y compartir juntos.

Pedimos permiso para retirarnos temprano (a la 1 pm) el viernes e ir a tomarnos algo y compartir juntos toda esa tarde.

Estuvimos en un bar llamado "Amnesia" en sabana grande, Caracas. En ese lugar había pool y una pequeña pista de baile.

Las bebidas estaban a buen precio

Así que nos quedamos allí hasta pasadas las 7 pm

^{Jugando pool}

En un momento de esos, volteé a donde estaba Deicy y noté que tenía los ojos aguados, a punto de llorar (nos estaba viendo jugar pool) me acerqué a ella y sin decir nada, la abracé un rato hasta que se sintió un poco mejor.

Instantes antes de salir del bar, todo el equipo se abrazó, deseándole lo mejor a Deicy en su nuevo trabajo y procurando mantener el contacto, Dios quiera podamos compartir juntos nuevamente.

^Brindando

Todas las despedidas son tristes y más aún cuando tienes un equipo consolidado, eficiente y con el que aparte del compañerismo laboral, logras ir cultivando amistades sinceras y maravillosas. Durante esa despedida me puse a pensar como me sentiría si alguna de mis compañeras del gimnasio, que son con quienes más comparto (o hasta yo mismo) se tuviese que ir a otro trabajo.

O sea, por una parte, sería genial por la mejora salarial y la nueva oportunidad, pero sería fuerte el desapego y acostumbrarme a no verlas más ni compartir… Porque es mentira que el contacto se va a mantener intacto.

Pero bueno, es parte de la vida, por eso debemos aprovechar cada momento y hacerle saber a nuestros seres queridos lo especiales que son para nosotros.

Gracias por tomarte el tiempo de leerme.

¡Hasta la próxima!