Es una historia familiar que data de hace 40 años atrás, años que tiene el cuadró hoy día son exactamente los años que tiene la última hija de mi abuela, mi tía Caterines Oliveros.

Resulta que nuestra hermosa pintura colocada en la sala de la casa durante esos 40 años no era principalmente una pintura mi abuela la compro un año más atrás a un señora Española que estaba residenciada en el país y la compro cómo un (espejo). Pero un día el hermano de mi abuela trajo a su hijo mayor a conocer la casita de mi abuela y el niño inquieto le tiró una piedra al valioso espejo y entré los gritos y los regaños al niño mi abuela se percató que dentro del espejo había una pintura y con cuidado comenzó a quitar el cristal del cuadro y como si de una película se tratará allí estaba una hermosa puntura que realmente nadie se esperaba encontrar.

No tiene ningún modificación el lienzo como tal pero el cuadro por fuera si de los años se esconcho y le hecharon esa pintura como color cobré que tiene el cuadro de la pintura hasta el día de hoy pero la pintura tiene 40 años y sigue igual.

Lo cierto es que se convirtió en un reliquia familiar y no hay un día en el cual pases y no veas a esta hermosa pintura.