Beneficios de la improvisación

  En la conducta humana, de manera normal vamos a ver que existen personas que se caracterizan por ser muy impulsivas sin embargo, también están aquellos que suelen ser más reflexivos y en vista de esto, tanto la impulsividad como la reflexión, representan los extremos más continuos que describen parte de nuestra personalidad.

  El aspecto tópico de ambos estados emocionales es que, los dos tienen sus beneficios y aunque a veces creemos que la impulsividad no nos lleva a algo bueno, existen sus excepciones y, en esta ocasión vamos a descubrir cuales son los beneficios que obtenemos si de vez en cuento nos atrevemos a pensar menos en todas las cosas que deben suceder o hacer y, nos atrevemos a improvisar.

  Antes de profundizar en el tema debemos conocer que, improvisar está categorizada como las acciones sin planificación que hacemos. Debido a ello, cuando improvisamos, automáticamente concentramos toda nuestra atención en lo que está ocurriendo en ese momento y, dejamos de lado el pensamiento. En pocas palabras, en este punto simplemente nos limitamos a actuar. Cabe destacar que, aunque es válido de vez en cuando improvisar, esto no quiere decir que dejaremos de lado las responsabilidades que ameritan nuestras acciones porque, todo hecho, ocasiona una reacción y así como asumimos las responsabilidades buenas, también hay que hacerlo con las que salen mal.

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  Durante el transcurso de la vida, todos los resultados que obtenemos no van a ser como los esperamos y esto sucede porque, son diversos factores los que están implicados en el desarrollo de nuestra cotidianidad; unos son controlables sin embargo, existe un número considerado que se escapan de nuestras manos y, justo aquí es cuando tenemos esa sensación incomoda de estar sumergidos en un abismo donde no hay solución no obstante, en este momento es cuando la capacidad de improvisar se encarga de permitirnos resolver el caos donde anteriormente estábamos involucrados y en lo personal, a esto yo le llamo salir del confort para poder crear la solución que tanto estamos necesitando en un momento determinado.

  En primera instancia, cuando sabemos manejar la improvisación, somos personas con más flexibilidad y al mismo tiempo, nos sentimos más libres al momento de actuar porque, no nos estamos sujetando a un patrón o esquema puntual que nos han limitado bien sea en la sociedad o, en el contexto donde estemos en un momento específico y para que conozcamos los beneficios principales que nos regala la improvisación, a continuación les comparto una lista de ellos.

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Somos más flexibles

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  Si somos capaces de improvisar en los momentos cuando no tenemos el control y cálculo de todo lo que está sucediendo, nos transformamos en personas con más agilidad mental al momento de reaccionar ante una circunstancia donde no tenemos nada planeado. De esta manera, la incapacidad de no saber improvisar, se hace de lado permitiéndonos así gestionar soluciones inmediatas y con esto, le damos el paso a ser más flexibles.

  Tengamos presente que, la flexibilidad mental y social nos ayuda a reaccionar incluso en momentos donde la presión está pretendiendo controlar todo lo que ocurre. Del mismo modo, es indispensable que aprendamos a comprender que, tener el control absoluto de todo no es bueno para nuestra salud mental porque si pretendemos controlar incluso las cosas que en primer plano no están en nuestro dominio, al notar que es imposible tenerlo, nos vamos a sentir frustrados y no es la idea por tal razón, está bien que de vez en cuando le abramos la puerta a la improvisación y así, veremos que la flexibilidad también es una excelente oportunidad para vivir en paz y feliz.

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Vivimos en el presente

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  Psicológicamente está comprobado que, cuando nos atrevemos a pensar menos en las cosas que queremos hacer, le añadimos vitaminas a nuestra salud mental porque, nos concentramos a vivir en el aquí y ahora. Cuando ejercemos la improvisación, nuestro pensamiento solamente gira en torno a lo que está sucediendo en nuestro entorno, dejando en el olvido total todo lo que sucedió antes o en su defecto, las expectativas futuristas.

  En este punto debemos tener presente que, enfocar al 100% nuestro pensamiento en lo que va a suceder en el futuro, es vivir agónicamente porque, sin darnos cuenta nos embarcamos en un viaje de vivencia con situaciones que todavía no han sucedido y, no tenemos certeza de que van a suceder de la misma manera como creemos por ello, una vez nos determinemos un proyecto futurista, vamos a concentrar todo nuestro pensamiento en lo que está sucediendo en el aquí y ahora porque, allí es donde necesitamos las improvisaciones necesarias que se presenten para poder llegar a lo que proyectamos del futuro. Sin duda, pensar demasiado nos llena de ansiedad y si nos mantenemos en esa acción, tarde o temprano tendremos problemas de salud mental.

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Descansamos

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  Hace unas semanas atrás les conté que cuando pensamos más de la cuenta, agotamos nuestra energía y gracias a esta mala gestión de pensamiento que hacemos, llegamos al máximo nivel de estar exhaustos. Debido a esto, hay que aplicar un plan de gestión para no pensar tanto en nuestras acciones y, darle paso a las acciones improvisadas porque, de esta manera mantenemos sana la mente y el cuerpo.

  Cabe destacar que, cuando no tenemos en nuestra mente todo lo que va a suceder, también nos regalamos la oportunidad de fluir mejor en nuestras ideas porque, pensar demasiado agota las neuronas e inmediatamente se dispara la hormona del estrés y cuando estas dos acciones se activan en nuestro organismo, se nos hace imposible descansar a pesar de estar acostados. En mi caso me ha pasado que, infinidades de veces me acuesto a dormir pensando en todos los detalles de lo que haré al siguiente día y luego cuando despierto, estoy cansada al igual que, siento como si no dormí en toda la noche. Ahora bien, cuando he puesto en práctica el no pensar en todas las cosas que sucederán el próximo día, me siento libre, descansada y tengo un día fluido.

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Fluimos en nuestros sentimientos

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  Cuando nos concentramos en controlar todo, nos privamos de disfrutar las emociones porque, estamos tan concentrados en el control que, se nos olvida la importancia que tiene expresar nuestros sentimientos y al mismo tiempo, disfrutar del cariño que sienten hacia nosotros. En vista de esto, no tengamos miedo de darnos la oportunidad de dejar fluir nuestros sentimientos porque, esta acción nos lleva a la libertad.

  Siempre es bueno autorizarnos a sentir porque, esto nos permite desarrollar el humanismo y, valores importantes como la empatía y solidaridad se acoplan perfectamente a nuestros sentimientos porque, disfrutamos de todos los detalles que nos aporta el amor de alguien más o en su defecto, el que nosotros estamos transmitiendo. Recordemos que, nuestras emociones también emiten mensajes y, debemos escucharlas porque si las obstaculizamos, olvidaremos que la nobleza es el sentimiento más puro que habita en nuestro corazón. Del mismo modo, al fluir nuestros sentimientos, nos enfocamos en lo que realmente tiene valor e importancia en la vida.

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Fomentamos el autoconocimiento

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  La improvisación es tan majestuosa que, cuando evitamos pensar tanto en el control de la vida, también tenemos la oportunidad de conocernos mejor porque, al salir de la zona de confort, inmediatamente nos ponemos a prueba ya que, asumimos retos interesantes donde nos desafiamos a nosotros mismos.

  Al momento de pensar todo el tiempo en las cosas, nos cohibimos de conocer cosas innovadoras, lo vanguardista y todo lo diferente que existe en la vida sin embargo, cuando improvisamos, rápidamente nos permitimos conocer qué habilidades tenemos, cuáles podemos llegar a tener y, en qué somos completamente expertos por ello, la invitación siempre será para que nos atrevamos a asumir desafíos improvisados, pensar menos en el futuro y, disfrutemos el momento en plena libertad porque, lo único seguro es el aquí y el ahora ya que, mañana, todavía no existe.

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  Para finalizar, es posible que para algunas personas, improvisar sea complicado sin embargo, esto solo sucede al inicio porque, nuestra mente está sincronizada con la rigidez mental y la causa de esto está relacionada con la autoexigencia que desde temprana edad nos enseñaron a tener y con el paso del tiempo, perdimos la capacidad de ser reflexivos con nosotros mismos sin embargo, una vez aplicamos la constancia y práctica, aprendemos a ejercer la improvisación de vez en cuando.

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¡Muchas gracias por leer mi publicación!

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Fuentes bibliográficas consultadas

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¿Por que es bueno improvisar?
Razones para improvisar
Ventajas de improvisar