Mamá, tú me inspiras
<center<Invito a mi esposo @adc2017 y a mi amigos @juan2017 y @sughey a participar.
Todas las imágenes son de mi propiedad y las líneas divisorias realizadas por mi persona en Canva
Los primeros años de vida, fue ausente, no tuve una relación con ella, porque vivía con mi abuela y la veía esporádicamente, no recuerdo cada cuánto tiempo la veía, pero sí sé que anhelaba verla. De hecho, en una ocasión llegó a visitarme, yo estaba aprendiendo a escribir y ella llenó un cuaderno con caligrafías, entonces me dijo: “Cuando las termines, las reviso. Que te queden lindas”. Y se fue. Mi mente de niña dijo: “Si las termino rápido, vendrá más rápido". Estaba tan emocionada, que llegaba de la escuela a hacer las caligrafías y así pasé los días hasta que terminé muy rápido, pero pasó bastante tiempo para volverla a ver. Y me sentaba en la puerta de la casa a esperar que llegara.
Durante mi adolescencia, medité mucho en cuál sería la razón por la que no crecí con ella, y me llené de rabia, a veces no la quería ni ver, aunque la frecuentaba más porque había tenido a mis hermanos y eran unos niños encantadores con los que quería estar todo el tiempo. A los 17 años Dios me encontró y se convirtió en el amor de mi vida, deseaba hacer Su Voluntad y con ello vino la necesidad de perdonar. La busqué, hablé con ella, me explicó porqué no estuvo, me pidió perdón y desde ese día somos muy buenas amigas.
Me cuidó durante mis tiempos de cuarentena después del parto, hace poco llegó de Colombia y hemos pasado tiempos memorables. Es hoy día mi hermana también en la fe, así que le enseño un poco de lo que el Padre en su bondad me enseña. Él todo lo hace perfecto y restaura lo que pasó.
Mi mamá es creativa, hermosa, fuerte, resiliente. Salió embarazada a los 17 años de mí. Luego tuvo que irse de casa de mi abuela y dejarme, estuvo lejos y sola mucho tiempo, pero se repuso a eso. Constantemente está aprendiendo, ella crea bellezas con sus manos y siempre se esfuerza por ayudar a otros.
Cuando me enseñó a bailar, no sé si fue la misma vez que me dejó las caligrafías, pero yo tenía más o menos la misma edad (unos 6 años) ella colocó “Mi tierra” de Gloria Estefán y me dijo: “Baila”. Yo lo hice. Cuando terminé me volteé y ella se estaba riendo. Y me dijo: “Hija, lo llevas en la sangre” Y me abrazó. Después pasamos la tarde juntas y me enseñó varios géneros. Cabe destacar que es muy buena bailarina.
La grandeza del servicio incondicional, en cualquier ámbito, sin esperar nada a cambio, de hecho, si hay que dar algo de valor material, se da sin mirar atrás. Ella se muestra amiga con el que la necesite y, aunque muchas veces, he visto como abusan de ella por causa de eso, siempre tiene su recompensa: La satisfacción de que hizo lo que debía y fue Luz para alguien.
Todo lo que soy se lo debo al Dios del Cielo, envió a mi mamá para traerme a este mundo, ella se negó a abortarme, eso implica sacrificio, luego la juventud provocó que estuviera ausente, sin embargo, su ausencia me enseñó mucho. Luego la vi criar a mis hermanos, y los primeros años de vida de ellos, estuvo allí de forma incondicional, la vi disfrutarlos, esforzarse y lo hizo muy bien, hoy día tiene uno 24 y el otro 22 y son un par de empresarios exitosos.
Todo ayuda para bien, los seres humanos tenemos una tendencia a huir del dolor, sufrir no es algo que estemos dispuestos a hacer, pero todas esas situaciones difíciles nos forman y nos elevan a una mente superior, si los vivimos no desde la queja o la victimización, sino con la actitud correcta y la intención de entresacar lo precioso de lo vil.
Aunque soy de las que piensa que todos los días se puede honrar a mamá, porque su labor es diaria e incansable, aun cuando los hijos se van. No celebro este día, pero amo la maternidad y aprovecho la oleada para compartir en estos días sobre el tema. Siempre que puedo, honro a mi mami, mi abuela y mis tías, porque son madres excepcionales.
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