Llevaba tres horas en mi carro haciendo la cola para la gasolina, no podía salirme de allí porque ese día era que le tocaba al terminal de mi placa y tampoco podía ir a otra estación de servicio porque mi nombre y vehículo estaban censados en ese lugar.

Ya eran las 6 de la mañana y no había avanzado ni un milímetro. Decidí bajarme del carro para caminar un poquito y estirar las piernas. Caminé hacia la estación de servicio y fui contando los carros que estaban delante del mío: 65, 66, 67 y 68. Guao, 68 carros que surtirían primero que mi carrito.

Llegué a la estación de servicio y no había llegado el personal que atiende los surtidores. Sin embargo, estaba una señora limpiando la oficina y la saludé con un buenos días!

Me atreví a preguntarle si sabía a qué hora iban a empezar a trabajar la estación de servicio y cortésmente me respondió que cuando llegara la gandola.

Empecé a caminar de regreso a mi carro con cierto desánimo. Entendí por qué todo estaba tan quieto. Entré a mi carrito, tomé agua y recliné el asiento.

Tuve un dormitar que duró dos horas y al abrir los ojos tenía entre mis manos una lámpara que me cegaba por su brillo. Pensé que se trataba del sol pero no, era aquel objeto que de alguna manera se había posado en mis manos.

Inmediatamente pensé en la fábula de Aladdin y me atreví a pedir tres deseos.

¿Qué le pedirías al genio que se llevé de tu presente?

-Genio de la lámpara, si tu poder es real y puedes concederme un primer deseo, te pido que te lleves a todas las personas que están en el actual gobierno de Venezuela.

La política no es magia pero estoy segura que muy pronto ese deseo será concedido.

_{Fuente: Pixabay}

¿Qué le pedirías al genio que te devuelva de tu pasado?

-Genio como seguramente el primer deseo te mermará las fuerzas y los corruptos te querrán sobornar para que no cumplas mi primer deseo porque eso es lo que ellos saben hacer, como segundo deseo pediré algo más sencillo.

Quisiera que me devolvieras todos los cuentos que están en el disco duro de la computadora que se dañó.

_{Fuente: Pixabay}

¿Qué le pedirías al genio para tu futuro?

Supongo que esta lámpara y este genio me concederá un último y tercer deseo, pensé en el asiento de mi carro mientras enderezaba el espaldar. Dando por hecho que los otros dos deseos se harían realidad, antes de invocar un tercer deseo reflexioné un rato.

Miré por la ventanilla de mi carro a la gente caminando por la acera contigua. Un señor gritando “café, café” se detuvo en la sombra de árbol para venderle a unos hombres que estaban igual de amanecidos que yo.

La gandola de gasolina pasó por el puente y entró a la estación de servicio. Faltaba menos -pensé.

Luego, el sonido del único vuelo que sale de Cumaná me hizo mirar hacia el cielo. Lo tengo, me dije. Quiero un viaje para Nueva York para visitar a mi gran amiga escritora.

_{Fuente: Pixabay}

Muchas gracias por leerme y bienvenidos sus comentarios.

¡Saludos infinitos!

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