El facilitador fue un ingeniero agrónomo que se presenta como barista. Y lo hizo de una manera muy profesional y didáctica. Su exposición intercalada con pruebas y experiencias vivenciales hizo de las tres horas algo muy productivo para todos los que participamos.

De entrada, nos entregaron a cada uno una “baya” o cereza de café maduro de color rojo intenso, aunque también por lo que entendía puede ser anaranjada o amarilla. El siguiente paso fue “descorozarla” esto es quitarle la piel para ir descubriendo las diferentes capas que tiene hasta llegar a la semilla.

Primero encontramos el mucilago que es como una gelatina la cubre, tiene un sabor dulce. La siguiente capa es la cutícula que protege a la semilla y la semilla que tiene dos partes con nutrientes para la planta cuando está naciendo. Estas se llaman cotiledones y de ellos una vez secadas, curadas y procesadas se obtiene el café.

La segunda actividad fue ponernos en contacto con los procesos en la producción de café , que son varios, cada uno en secuencia, desde el agricultor/productor que siembra, cuida y cultiva, las cosechadoras (acá hizo mucho énfasis en que las mujeres están mejor preparadas para seleccionar las cerezas maduras de café en su punto, que los hombres), el secado, curado y procesado, molido y preparado y consumo.

De esta parte me impresiono, que, según el facilitador, aprendimos a beber el café de mala manera, a quemarlo en vez de tostarlo, a cocinarlo mal y a consumirlo de manera que no se disfrutan todas las propiedades y beneficios de esta bebida.

Rescato en este momento, que recomendó si usamos manga de colar, no hervir el café en el agua, sino colocar el polvo en la manga, poner a calentar el agua justo hasta antes de hervir, ir colocando el agua de a poco en varias tandas. No recolar. No tomarse el café tan caliente, sino más bien dejarlo reposar un rato.

Una tercera etapa y la que más disfruté fue la cata, allí nos mostraron empaques de varios cafés de especialidad que se producen en Trujillo. Nos dieron a probar primero el café comercial normal, luego por rondas 4 tipos diferentes de café de origen trujillano.

En esos momentos nos llevaba a probar con lentitud con toda la lengua y aspirando el aire, para ver si detectábamos olores y sabores que la misma semilla produce. Me costó un poco pero ciertamente se disfruta de manera diferente una buena taza de café.