He escuchado desde hace tiempo que las cosas que valen la pena no se obtienen fácilmente, requieren trabajo, paciencia, dedicación, y es así para todo, al menos para esas cosas que podemos considerar importantes y que para nosotros requiere un esfuerzo alcanzar.

Puede que alguien ya posea esto, que se le haya hecho “fácil”, pero no podemos “comprar” la experiencia de otra persona, esa otra persona tendrá sus propios desafíos, me refiero, a nuestros propios desafíos, a aquellas cosas que están un escalón por encima para nosotros, un deseo, un sueño, una esperanza que no hemos alcanzado.

Todo parte de una idea, algo que hizo clic en nuestra mente. Creo que la capacidad de alcanzar un sueño depende de la fuerza que este tenga. Sin embargo, la idea es solo imaginaria, necesita la acción para materializarse. Por eso es bueno escribir nuestras metas, ponerlas en el papel les da forma y cabida en nuestro mundo, las trae a la realidad.

Recuerdo una chica que tomo foto a un celular y lo puso cerca para ver y recordar que quería lograr esto, y que por eso estaba publicando en Steemit, luego ella misma contó que compró no uno, sino tres celulares, para ella, para su hermano, y su mamá.

Como este hay muchos ejemplos.

Debemos saber que el trabajo diario es necesario para materializar lo que deseamos, esto lleva tiempo y constancia, se necesita la repetición y el insistir cada día.

Proyecta lo difícil partiendo de donde aún es fácil.
Realiza lo grande partiendo de donde aún es pequeño.
Todo lo difícil comienza siempre fácil.
Todo lo grande comienza siempre pequeño.
Por eso el sabio nunca hace nada grande,
y realiza lo grande, sin embargo.
El árbol de ancho tronco está ya en el pequeño brote.
Un gran edificio se basa en una capa de tierra.
El viaje hacia lo eterno comienza ante tus pies.
Lao Tsé

^Fuente

Abordar una meta puede ser abrumador si es muy grande o muy alta, por eso se suele sugerir dividirla en etapas o en escalones más fáciles de manejar. Allí podemos darnos cuenta del proceso que existe.

El hecho de vivir en una sociedad instantánea que transmite el mensaje de que todo lo esperado esta a la vuelta de la esquina, a un clic de distancia, a solo segundos, nos hace trasladar este patrón a nuestras vidas y nos sentimos fracasar después de varios intentos fallidos. Es porque olvidamos que existe un proceso, una curva de aprendizaje que es necesario recorrer, que no podemos saltar.

Si sacamos las galletas del horno antes de tiempo estarán crudas. No podemos obligar a la tierra a germinar más rápido las semillas.

Saltarnos esto, nos hace perder demasiado.

Aprender a esperar fortalece el carácter. Hay muchas cosas que se dejan de aprender cuando no sabemos esperar, cuando no tenemos paciencia… tal vez estas sean las cosas más importantes que podemos aprender: la paciencia… y la paciencia hará que no te desesperes, que no pierdas el ánimo ni la alegría. La paciencia así mismo hará germinar lo que se necesite: paz, satisfacción, bienestar.

Perdemos la perspectiva cuando olvidamos el proceso. Nosotros mismos estamos en algún escalón de la larga escalera de los sueños, a veces avanzamos a grandes pasos y otras tropezamos, caemos, y retrocedemos. Luego nos volvemos a levantar y volvemos a empezar pero esta vez con la experiencia.

Si queremos hacer algo bien, es bueno apuntar a lo más alto y trabajar y aprender, empaparnos de lo que estamos buscando para así poder hallarlo. Esto lleva tiempo, el tiempo es el recurso más valioso del que podemos disponer si así lo decidimos, si queremos dar el paso.

Picasso decía: “La inspiración existe, pero te tiene que encontrar trabajando”.

Muchas veces solo tenemos que empezar e insistir, aprender con la humildad del que no sabe nada. Aprender cada día debería ser nuestra consigna, pues el mundo y la vida fluyen sin parar y cambia las reglas del juego casi constantemente. Entonces, se trata de aprender a fluir como un río sin estancarse, sin acomodarse demasiado.

Y verás que en algún momento en el que no lo estabas esperando las flores empiezan a brotar, así como para el agricultor que por días ha preparado la tierra, la ha arado y ha sembrado las semillas y las ha regado y ha esperado.

Esa parte de esperar y esperar es donde muchos fallamos, porque nos cansamos o desmotivamos. Por eso es importante conservar el deseo y el sueño que dio inicio a aquello que estamos buscando.

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Espero que esta reflexión contribuya a meditar y a pensar que estamos un paso más cerca cada día de alcanzar nuestras metas, si trabajamos por ellas, siempre va quedando la experiencia del proceso, ese aprendizaje…