Según los números de mi SP, las virtudes que se asocian a ellas son las siguientes: 6: Resistente, 9: Honrado y 4: Empático. Veamos cada una de ellas:

Resistente

Esto de ser resistente es algo así como tener mucha paciencia en un sinfín de situaciones; por ejemplo, existen personas que han sido formadas bajo tiranías en sus hogares, con un padre o una madre autoritarios, de esos que sus palabras son la ley y allí no hay derecho a pataleo, y el que se atreva a chistar alguna de las reglas lo que se va a llevar es unos cuantos cholazos o correazos, dependiendo de la infracción.

En mi época de estudiante de primaria me tocó vivir la historia de cuando a las maestras se les permitía el castigo físico a los alumnos, de modo que en ese sentido fui un niño altamente resistente a causa de que aguanté coscorronazos, pellizcos, cachetadas y jalones de pelo.

Pasaron los años y, como empleado público, me tocó también quedarme prácticamente sin sueldo ni pensión y llevo años recibiendo solo unos bonos que no alcanzan para mayor cosa. Eso es lo que se llama resistir de verdad. Entonces paso a formar parte de los que nos negamos a sucumbir pero que apostamos por un mejor futuro.

Honrado

En algunos momentos de mi existencia creo que no fui tan honrado; por ejemplo, cuando era un chico de 10 años de edad me saltaba una cerca junto a un par de diablillos y nos raspábamos las fresas y los duraznos en un solar ajeno.

Sin embargo, mi tendencia personal es haber sido lo suficientemente honrado acatando el principio que dice: No le hagas a los demás lo que a ti no te gustaría que te hicieran.

Y por cierto, que lo que más le hace falta a Venezuela es la suficiente honradez de sus ciudadanos, porque lo que la ha hundido en la miseria ha sido la corrupción.

Fuente

Empático

Por una parte, suena bastante vanidoso cuando uno escucha a un sujeto afirmar que él es demasiado buena gente, muy honrado, angelical y voluntarioso, porque por lo general los que se atribuyen a sí mismos tantas dotes positivas, al final resultan ser unos seres simples, por no decir mediocres.

Uno es empático hasta donde las situaciones se lo permiten. Es decir, nos metemos en lo zapatos del otro dependiendo de las circunstancias. El hecho de haberme convertido en padre de familia influyó notablemente para que me volviera una persona más sensible ante los problemas de los demás.

Vista parcial de mi monedero, 12-07-24

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