Al principio es fuerte la ausencia de seres queridos a nuestro lado, desde el punto de vista físico y geográfico; sobre todo cuando se está acostumbrado a vivir de manera armoniosa, integral y colaborativa en la familia. Imagino tus emociones porque hace años pasé por eso, luego comprendí que el distanciamiento era sano y necesario, en cierto modo.

Recuerdo que durante las videollamadas era imposible que el nudo en la garganta activara el derrame involuntario de lágrimas. ¡Qué días aquellos! Al empezar a meditar y tratar de respirar de forma consciente, la perspectiva del distanciamiento empezó a transformarse y se hizo habitual comunicarme con mi familia. Eso me condujo a interesarme por investigar un poco más sobre meditación y respiración consciente. ¡Vaya que fue una de las mejores inversiones de tiempo que he hecho!

No solo comprendí los procesos vinculados con la familia, comunicación, compañía de seres queridos, clima y cultura de mi país, sino que generó un grandioso despertar en diversos aspectos, por no llamarle despertar multidimensional. A veces pienso que dar con este conocimiento y práctica que se convirtió en parte indivisible de mi vida, habría sido imposible o tardía sin el distanciamiento familiar y territorial.

Espero que Dios ponga las herramientas y recursos a tu alcance para que te sientas dichosa, feliz y próspera en tu presente, ahora y siempre.

Buena vibra @miamg