OCTAVO CONCURSO DE ESCRITURA Y PINTURA, @WORLDOFXPILAR

Hola, buenas noches, saludos y éxitos a todos los participantes de este Octavo Concurso de Escritura y Pintura, organizado por @frangeligonzalez, a quien aprovecho en saludar y felicitar por seguir impulsando estos espacios para el arte y la creación. Muchas gracias también a @worldofxpilar por apoyar estas iniciativas creativas.

Arcticus, un viajero del tiempo

Fuente

Arcticus el delfín, desciende de una distinguida familia de viajeros en el tiempo que se remonta a la época de la Antartida. Cuando esta civilización desapareció, ellos quedaron como guardianes marinos junto a tritones y sirenas, preservando el equilibrio en la tierra. Sus conocimientos fueron transmitidos de generación, en generación hasta llegar a nuestra era.

Un día Arcticus, antes de partir a su adiestramiento para convertirse en viajero del tiempo, salió como siempre al mar a buscar alimento; iba con su madre, familiares y un grupo de delfines amigos. Los jóvenes, siendo más rápidos y diestros, se separaban del resto; por supuesto entre ellos, estaba Arcticus, él es un delfín: curioso, alegre, sociable e intrepido.

Su madre le vio alejarse y le previno:

─ Arcticus, no se separen mucho de nosotros y tengan cuidado con los barcos humanos y sus redes.

Arcticus le contestó:

─ Tranquila mamá, estaremos bien.

Los jóvenes encontraron un cardumen de atunes, y entusiasmados por comer, se distrajeron. De repente, una gran red venía sobre dos de ellos; Arcticus intervino con rapidez, ayudándoles a esquivarla. Sus amigos escaparon, pero él no lo logro; porque inesperadamente apareció otro grupo de atunes que huían de un depredador y lo empujaron hacia la red.

Sus amigos se apresuraron a nadar hacia la manada para avisar lo sucedido. La madre de Arcticus, envió a uno de los delfines de su familia a seguir el buque para no perder el rastro de su hijo; pero éste al llegar a la costa le perdió. No obstante, su madre emprendió un viaje hacia la antigua zona de la Antartida, en busca de ayuda de los viajeros del tiempo para rescatar al joven delfín, de los humanos.

En cuanto a Arcticus, estando en el barco temía por su vida. Uno de los pescadores lo libero de la red por orden del capitán; notaron al zafarlo, que tenía una herida y no podrían soltarle al mar. Ahora tendrían que entregarlo a una sociedad que rescata y protege a los delfines para que se encargaran de curarlo. Los pescadores a quienes le confiaron la misión de llevarlo a la organización protectora, decidieron sacar provecho del delfín, y lo vendieron a un acuario.

Arcticus estaba triste por estar atrapado, sin embargo iba sanando satisfactoriamente; pronto estaría entrenando para un espectáculo. Estando en el acuario, aprendió a dormir en el fondo de la piscina; dejó de flotar porque le recordaba cuando lo hacía en el mar y esto le causaba sufrimiento. La piscina era muy hermosa, simulaba el océano pero no lo era; cuando intentaba nadar hacia lo que parecía ser el horizonte, algo le impedía continuar. Este estanque tenía partes bajas, arena, piedras y plantas; allí se recostaba el joven delfín a dormir y a soñar con la libertad.

Arcticus, guardaba la esperanza de volver al mar y de reunirse con los suyos. No imaginaba que los viajeros del tiempo, estudiaban y planificaban el modo de llegar a ese momento previo a su captura para poder rescatarlo; tratando como siempre, de no alterar la continuidad espacio tiempo, ni la secuencia de acontecimientos.

Cuando todo estuvo listo, se llevó a cabo el rescate de Arcticus, todo fue planeado a la perfección y tuvo un feliz resultado: Arcticus, estaba ileso y en libertad, celebrando estar de nuevo en el mar y con sus seres queridos.

Al cabo de un año, nuestro amigo delfín, se convirtió en un ágil viajero del tiempo, y no sólo preservó el equilibrio en el planeta, sino que salvo a otros delfines de vivir en cautiverio.