Muy buena época. Quizás la anécdota más sobre saliente es que por lo general era muy descuidado y terminaba botando el lápiz que debería utilizar para escribir. La primera vez que ocurrió esto, mi madre muy molesta me reclamo ya que por no tener el lápiz no había anotado la tarea que me tocaba llevar al día siguiente. Sin embargo le dije a mi mama que anotara lo que le diría. Comencé a dictarle la tarea que me habían enviado a casa.

La hice, como siempre, con el apoyo de mi madre. Al día siguiente ella me llevo al colegio quería verificar si en realidad la tarea era la que yo le había dictado. Para mayor sorpresa de ella la tarea que le había dictado si era y eso la calmo un poco. Esto mostro la retentiva que yo tenía. Gracia a esto mis padres supieron motivar y explotar eso en mí.

Ya el sexto grado de primaria y primer año de bachillerato hubo cambios de institución ya que me había ido a vivir con mi papa a la población de Santa Teresa del Tuy en el estado Aragua.

Mi primer año fue fatal por causas personales bastante fuerte. Eso me llevo a repetir dicho año. Por petición mía, lo hice en un liceo militarizado en la población de San Diego en el estado Carabobo.

Otro cambio de institución se realizó gracias a lo caro del liceo y esto me llevo a Caracas. Muy mal año para mí. Deje la disciplina militar inculcada en mí y me fui al otro extremo. Convirtiéndome en un vago en toda la extensión de la palabra.