Una Imágen Una Historia: La Diseñadora de Modas.

Siempre fui positiva y lleve mi vida completamente ordenada, me gustaba vivir, todo en el mundo era encantador. Desde lo más mínimo a lo más grande. Creo que mi positivismo me llevó a cumplir uno de los sueños más grandes que encontré en mi vida. Ser exitosa y lograr muchas cosas a lo largo de ella.

Consideraba todo lo que me rodeaba preciado, intentaba no quejarme de la vida, después de todo era lo único que tenía. A veces me sorprendía lo inconforme que eran los humanos cuando miraba a mi alrededor, agradecía al cielo que yo no era así, eso me hacia afortunada.

Cuando tenía diecisiete años salí de la preparatoria y supe que quería ser una mujer profesional llena de triunfos por los que celebrar su vida.

Esperé tanto que algo bueno llegara para mi vida que así fue. Mi esfuerzo y determinación me hicieron ser merecedora de un lugar en una de las mejores universidades de Estados Unidos. Viaje, deje a mi familia, mi dulce hogar buscando un mejor futuro y estudie para ser una gran diseñadora de modas.

Fueron tantos momentos donde luché por mis sueños, donde madrugaba para que mis trabajos quedarán perfectos y lograr conseguir la nota máxima, donde diseñé, inventé, creé, compartí. Que ahora agradezco haber pasado por todas esas etapas.

Mi vida llena de alto y bajos tuvo su recompensa, porque hoy, después de cinco años y teniendo veintidos años logré graduarme como tanto lo soñé.

Es un día lluvioso como siempre suele ser en invierno, y todo el estudio de la universidad está decorado con los colores dorado y azul. Todos mis compañeros rodean el lugar vestidos diseñados por ellos mismos y los birretes adornando sus cabezas.

Yo iba igual, con mi cabello rojo en ondas y un vestido azul marino ceñido a mi cuerpo. Cuando dijeron mi nombre tuve un choque de emociones.

Nostalgia, por estar sola en esto, pero felicidad porque después de tantos años lo había logrado.

—Queremos dar una mención especial a la estudiante Sofía Vergara por su alto promedio académico obteniendo un 100 en sus notas finales. Un aplauso y felicidades.

Con orgullo intenté evitar que las lágrimas salieran y caminé hasta el escenario para recibir mi título. A partir de ahí todo fue fiesta para mis compañeros, sin embargo yo supe que ya había acabado lo que vine a hacer.

Así que fui directo al salón donde guardé mis cosas y le pasé llave para cambiarme. Me puse un vestido negro y un blaizer beige, tomé mi paraguas, mis maletas y salí de ahí. Caminé por las calles de New York de repente me detuve, me quedé como paralizada viendo con algo de nostalgia por última vez lo que fue mi hogar por todos estos años. Con orgullo y admiración.

Disfruté todo lo que pude en este hermoso lugar que a pesar de estar sola sin mis familiares me acogió de la mejor manera. Pensé en tantos recuerdos hasta llegar al aeropuerto y tomar mi avión. Mi avión para volver a casa.

Pero ahora, siendo una profesional y una mujer completa ya que mis prioridades estaban en conseguir ese título y los miles de conocimientos que necesitaba para llegar a casa y cumplir mi sueño de ser una gran diseñadora la cual con el paso del tiempo sería muy famosa y reconocida a nivel nacional.