Érase una vez una linda joven que vivía en un pueblo muy lejano, le encantaba siempre ayudar en la iglesia y colaborar con las personas de su comunidad, todas las mañanas iba al bosque a buscar agua y algunas frutas para realizar ricos jugos y de esta manera ayudar a los niños.

El pueblo donde vivía la joven era muy hermoso contaba con una extensa vegetación y abundaba en sus alrededores rosas y arboles gigantescos se respiraba una gran paz, esta joven todos los días acudía a la iglesia en horas de la tarde para ayudar con los niños en el comedor y al terminar su comida cada niño ellos jugaban con ella diversidad de juegos, a los niños les gustaba mucho compartir con Flor María ese era su nombre.

Un día los niños en el comedor se extrañaron que Flor María no fue y ellos expresaban que no era lo mismo si ella no estaba, todos pensaron debe ser que tiene un inconveniente pero acontece que pasaban los días y ella no iba y los niños se pusieron a un más triste, uno de los colaboradores del comedor le dijo al padre voy a ver que le paso a Flor María que no ha venido ya en casi dos meses, cuando llego el colaborador del comedor a la casa de Flor María en eso su madre abre la puerta y ve al señor y este le dice señora feliz tarde vengo a ver que pasó con Flor María, la mama le dice ella está muy enferma no está aquí en la casa y él le pregunta que tiene Flor y ella le dice… Mi hija falleció ya que ella tenía un problema de salud su corazón ya no funcionaba muy bien y empeoro hasta que ya dejó de latir su corazoncito, sabe yo pensé que ella me iba a durar muchos años pero no fue así, ella había nacido enferma y sé que le hacía feliz ayudar a los niños de hecho les dejo varios obsequios los iba a ir a llevar pero estaba esperando pasar mi dolor, sabe algo es fuerte pasar por esto, pero debemos de aceptar la voluntad de Dios y siempre llevare a mi hija en mi corazón.