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En las profundidades de la tierra existe un mundo que nadie conoce, allí habitan hermosas especies del reino elemental de la naturaleza, preciosos reinos entronizados por su majestad los animales, un imperio vegetal subterráneo y un trono mineral que respira en lo más profundo del útero terrestre, con calles y avenidas bordadas por caminos de pasto verde y praderas de extraordinaria belleza natural.

Al ingresar a esa dimensión paralela,nos recibe un trono bruñido de piedras preciosas de las más esplendorosas formas, colores y brillo de incomparable belleza. Los ríos son de verde esmeralda, repujados con encajes de topacio y las piedras de turmalina y obsidiana - leopardina. El sol es un disco reluciente de rayos oro rubí, y qué decir de la luna, que alucina de amatista y rodocrosita, un verdadero solio lujoso imperial, que gobierna y brilla debajo de nuestros pies.

El reino mineral sumergido dentro de las capas terrestres, está protegido por poderosos Devas de la naturaleza, que son los jerarcas mayores protectores de cada especie natural, tienen acordonado ese territorio por un aura invisible al ojo humano, es por ello que no pueden penetrarlo ni verlo con sus ojos físicos, por mucho que perforen el centro de la tierra.

En ese mágico lugar habitan pequeñas especies del reino humano, bellas criaturas de diminuto tamaño como duendecillos, son los gnomos y pigmeos del reino subterráneo, criaturas puras e inofensivas, que viven en absoluta armonía con el mundo que les rodea, se alimentan del prana, semilla,luz solar y del sereno nocturno, porque respetan la vida en toda su expresión.

Pero como quiera que la curiosidad es una cualidad innata en todos los seres vivos,los habitantes de este precioso reino vegetal no escapan a esas inquietudes de la mente y el corazón, e intuyen que su mundo no es el único existente en la atmósfera circundante, las mismas sospechas que tenemos nosotros los humanos cuando nos planteamos la interrogante ¿habrá vida fuera de nuestro planeta?, y trazamos acciones para explorar esas posibilidades fuera de nuestro seno geográfico.

Motivados por esa curiosidad, en una ocasión se le encomendó la tarea a una colonia de gnomos y pigmeos de subir a la superficie terrestre, justo en la selva amazónica, a buscar un tipo de semillas que sólo germina en esa área del planeta y que la necesitaban para su dieta diaria alimenticia. Las pequeñas criaturas siempre ejecutaban esa tarea, y regresaban de inmediato al interior de la tierra sin mayores consecuencias.

Pero esta vez, un pequeño duende travieso y curioso en extremo, convenció al resto de los pequeños a explorar más allá de lo acostumbrado, encontrándose con unos despiadados cazadores que le tiraban con sus armas a todo lo que se moviera en la selva.

El grupo de gnomos y pigmeos se toparon en un encuentro frontal con los tramperos cazadores, ambos bandos se sorprendieron en la colisión cara a cara, lo que se tradujo luego en un susto bidireccional que los dejó pasmado por unos segundos. No podían creer que estaban mirando fisonomías distintas a la de ellos, por lo que ambos bandos giraron velozmente en dirección contraria a la de sus oponentes, huyendo de lo que ellos concluyeron luego, eran fantasmas...

Las inocentes y diminutas criaturas regresaron a su hogar subterráneo, temblorosos, con su aura que emitía luces intermitentes, indicativo de que estaban muy asustados, y para colmo con las manos vacías, pues, con el desencuentro, se olvidaron del encargo de los devas guardianes de su reino natural

Finalmente ante un interrogatorio inquisidor realizados por sus respetables guardianes, debieron confesar lo sucedido, lo que trajo como consecuencia una reprenda por incurrir en la falta de la desobediencia, para lo cual, para reparar la falta en la que incurrieron, fueron enviados a trabajar en la red donde se teje la realidad y se repara la materia de los mundos.

Ese lugar donde fueron enviados las pequeñas criaturas desobedientes, es el lugar donde se purgan las faltas con trabajo reparador y no con castigos físicos ni apremiantes, sino con trabajo cósmico en el gran laboratorio de la creación, que existe precisamente allí en el profundo subterráneo de la geografía terrestre.

Fin de la historia

Muchas gracias @xpilar por ceder amablemente tu imagen para crear historias de nuestra imaginación