Desde tiempos que se escapan a la memoria, la estirpe del oráculo ha habitado entre los pingüinos, los caballeros de blanco y negro. Es una élite reducida, pero siempre con jóvenes seguidores de las enseñanzas. Los discípulos conviven con los maestros, todos forman parte de una familia. El oráculo en blanco y negro no desdeña los avisos del universo a través de sus estrellas, pero son captados con la misma monocromía de la nieve congelada o de las aguas profundas.

Las lunas, pintadas de blanco o de gris, fulguran en la oscuridad del firmamento, a pesar del infinito número de estrellas. Las especies marinas reciben del oráculo orientaciones para canalizar la supervivencia y reproducción de sus colectivos. La élite del oráculo es respetada y venerada. La pertenencia a la élite pasa de padres a hijos, pero sólo cuando el joven desea continuar la tradición familiar y además manifiesta actitudes y aptitudes apropiadas para tan delicada misión social y planetaria. Además, aceptan miembros externos, en los cuales se reconoce la materia prima para formar parte del selecto equipo. No siempre fue así, pero la experiencia les demostró a los veedores que no todos los que nacían para ser miembros tenían las cualidades para serlo y que había otros, nacidos de la comunidad, que podían ser excelentes intérpretes de las señales que enviaba el universo.

El oráculo se reunía cuando las tres lunas convergían sobre las heladas superficies. Los cuatro miembros principales y otros dos miembros de apoyo. Aparecían acompañados por un séquito de delfines que con sus vibrantes sonidos expandían los dictámenes del oráculo, haciéndolos llegar a distancias impensables para la capacidad oratoria de los veedores.

Hoy hablará el oráculo, los veedores están en sus puestos, el séquito listo para retrasmitir las predicciones. Se hace silencio en la superficie congelada. El mundo marino y sus criaturas están a la expectativa, para captar e interpretar las novedades. ¿Se detendrá la contaminación?¿Aumentará la población de delfines? ¿Seguirán los humanos ocupados con sus virus? ¿Se detendrá el deshielo?