Los Escritos de Miranda, by @mavibauza

—Mamá voy a ir a jugar un rato cerca del estanque—

—Si amor, te estaré viendo desde aquí—

Miranda había ido al parque a jugar con su madre y una de las cosas que le gustaba más, era ir al estanque a jugar, jugaba alimentando a los patos, que al verla, se acercaban. Su mamá quedaba cerca porque apenas tenía dos añitos.

Cerca del estanque había un grupo de señores y jóvenes que dibujaban.

Al Miranda terminar de alimentar a los patos, se acercaba al grupo. Solo a mirar, lo que ellos hacían.

—Miaranda, nena, ven... Ya vamos a casa, cariño— Grita su madre que solo está a unos pasos de ella.

—Tal vez, un día puedas dibujar con nosotros— Le dice una señora de edad avanzada, cabello largo liso y blanco, algo regordita, le sonríe y le guiña un ojo. —Anda, no hagas esperar a tu madre—

Miranda asiente con la cabeza, se despide con un gesto en la mano, se va saltando y cantando hasta llegar a donde su mamá.

«...Juuu ju juju ju, juju. La manos vuelan al crear, la vida vuela, mientras el que escribe viene y va... Un mundo lleno de color...lalalala. cambio con la mano que lo dibujooo...»

—¿Que cantas mi pequeñita?— Le pregunta su mamá mientras le agarra los cachetes.

—La canción que canta la señora que dibuja, mamá—

—La señora que dibuja, uuum, ya veo, A mí me gustan tus dibujos— dice la mamá, la sube en sus brazos y va caminando hacia el estacionamiento, que está cerca del parque para irse en su auto.

Años después...

—Mamá, no encuentro mi libro de historia, ¿lo habrás visto?— Miranda busca su libro por la sala, el comedor, su habitación y no lo encuentra.

—No nena, debes ser más cuidadosa con tus libros—

—Mamá de verdad los dejé aquí en la mesa— dice la chica con cara de pucheros.

—Amor siempre dices lo mismo a; Los libros...—

—...No les salen pies— Miranda completa la frase de su mamá.

—Se te hace tarde Miranda, te ayudaré a buscarlo en la tarde cuando estemos de regreso— Su madre agarra las llaves del auto y camina en dirección a la puerta.

—Gracias mami, pero de verdad lo deje en la mesa— Miranda agarra su bolso y va detrás de su mamá

Al subirse al auto.

—Mamá, porque mis libros siempre se pierden, yo de verdad, no los cambio de lugar, es más, tengo pruebas, he tomado fotos del último lugar, donde lo dejé— Le muestra una foto a su mamá, con el libro de historia, en la mesa de estudio de su habitación.

—¿De verdad estás tomando fotos?— Su mamá se ríe

—Mami, ¿Por qué te ríes?, ¿Crees que me estoy volviendo loca?— Miranda coloca su mano en la frente, mientras ríe

—No para nada, mi loquita, lo encontraré para ti— Su mamá agarra uno de los cachetes de Miranda.

—Estoy segura que lo encontrarás mamá, siempre lo haces— Miranda le da un beso en la mejilla a su madre— Al llegar a la universidad, se vuelve a despedir de su madre y se va.

🕑

Ya es hora de la tarde y Celeste, la madre de Miranda, va a su casa, deja el auto en el estacionamiento, y entra a la biblioteca que está en la parte trasera de la casa. Esa biblioteca que ya nadie visita, está olvidada, incluso cerrada e imperceptível a la vista, pues un jardín vertical tapa sus puertas.

—Hola amor, ¿ella vino contigo?— pregunta una voz masculina.

—No, no vino conmigo, vengo a buscar su libro de historia, quiero que la dejes en paz, deja de agarrar sus libros— Dice Celeste algo molesta.

—¿Por qué no la dejas venir?— pregunta esa voz algo triste.

—Solo tomaré el libro, y me iré, te advierto, si no nos dejas en paz, quemaré está biblioteca— Dice Celeste y da la vuelta para marcharse, lo último que escucha es un... «Te amaré siempre.»

Mientras tanto Miranda llega a la casa

—Mamá, mamá... Mamaaaa— dice Miranda buscando a su madre dentro de la casa.

—Dime mi preciosura, aquí está tu libro con patas— abraza a Miranda y la un besote.

—Gracias mamá, sabía que lo encontrarías, ¿Dónde lo encontraste?— Miranda sonríe viendo el libro y algo curiosa, pero acostumbrada

—En un lugar secreto y mágico, donde seguro no búscate— le dice sonriendo y juguetona.

Miranda sonríe.

—Mami, quiero contarte algo que me sucedió el día de hoy, muero de hambre, ¿Hay comida?— Miranda se lleva las manos a la barriga.

—Tendremos que calentarla, quería darte la sorpresa de tu libro de historia, vamos— Fueron caminando a la cocina.

Miranda saca la comida de la nevera y jugó, sirve en dos vasos, jugó para ambas y mete la comida en el horno.

—Cuenta nena, ¿qué te paso el día de hoy?— Celeste bebé del jugo

—Conocí a una Sra, se me hace algo familiar, su nombre es Blanca y me dijo que conoció a papá— Celeste se ahoga con la bebida

—¿Estas bien mami?— Miranda va hacia su mamá

—Si estoy bien, solo que esa señora no me cae bien— Celeste estaba algo nerviosa.

—Mami, tu siempre tan franca, y me Quieres contar la razón— Miranda ve a su mamá, con una mirada de por favor, juntando su manos como súplica.

—Mi amor, no estoy preparada para esa conversación, pero mañana en la noche podemos hablar de eso— le dice Celeste sonríendo.

—Esta bien mami, y ¿Quieres que te siga contando lo que me dijo, o te incomoda?— pregunta Miranda, quién entiende a su mamá, pues, es una persona bastante sincera y le ha hablado siempre con la verdad.

Celeste suspira, —Te diré algo, soy tu mamá, y tu eres mi hija, así que cuentame todo lo que tú quieras—

Se sientan a comer.

—Ella me dijo que conoció a papá, desde su creación, me imagino que desde que nació, que era bastante divertido, que escribía buenas histórias y dibujaba muy bien, me dijo que estaba súper enamorado de ti, que eres su más grande amor, también me dijo que una vez creyó que ella eras tú, que loco si ustedes son tan diferentes, y hasta edades distintas, no comprendo eso... — Miranda continúa hablando mientras Celeste escucha a su pequeña hablando hasta por los codos. Su mirada expresa entre amor, admiración y por pequeños momentos fragmentos de tristeza.

—¿Sabes mamá? Parece que ella conoce bastante de ustedes, ¿Mamá de verdad tú no sabes dónde está papá?— Miranda ve a a su mamá, sacándola de silencio— pero sin darle chance de responder, ella misma dice —Si lo supieras, yo también lo sabría—

—Amor, tengo cosas que hacer, voy a terminar unos proyectos que tengo pendiente, nos vemos a la hora de la cena, ¿te parece?— Interrumpe su madre.

—Esta bien mami, voy a mi habitación y terminaré unos trabajos, te amo— se despiden con un beso.

Conversaciones secretas.

—¿Que intentas hacer?, ¿Para qué la enviaste?— Pregunta Celeste molesta

Celeste se encuentra en aquella biblioteca vieja.

—¿De qué hablas mi amor?— responde esa voz masculina.

—No te hagas el loco, de Blanca, blanca está en la universidad, y hablo con nuestra hija. ¿Que quieres?— su voz se escucha firmé.

—¿Blanca? Blanca se fue hace años, ella ya no vive en este mundo, imposible— parece nervioso y dudoso

—Sí es Blanca, Tomás, y si no fuiste tú, quién la envío con Miranda, entonces ¿qué quiere?, Ya tú y yo no estamos juntos, no quiero que se acerque a mí hija—

—Nuestra, mi amor, no sé que querrá, y tampoco sé como encontrarla— dice algo preocupado.

—Deja de llamarme amor, claro que no sabes, nosotros siempre seremos su creación, ella tendrá el control de todo siempre—

—Celeste, amor, mi amor, Yo no escogí esto, de verdad no elegí ser el sucesor de blanca, estar encerrado en esta biblioteca, dedicado solo a dibujar la vida de los demás, perdón por dibujarte a ti y hacer que amarás a alguien que no puede estar contigo, pero he tratado de demostrarte todo mi amor dibujando a tu alrededor lo mejor— el intenta una vez disculparse

—Tomas, yo no sé, si el amor que siento por ti es verdad, sí es algo que yo siento o algo que tú has creado, de todas maneras gracias por la buena vida que creas a mi alrededor, gracias por nuestra hija, es hermosa, para mí es la mejor— Celeste camina a una de las esquinas oscuras de la habitación y le da un beso a un hombre al que solo se le ve la silueta. —Jamas quemaría esta biblioteca, no por miedo a desaparecer, sino porque tú estás dentro y no puedes salir— Celeste sale de la habitación.

La Cena, invitados inesperados.

Celeste está preparando la Cena, y se escucha el timbre de la puerta.

—Mami, yo abro— Miranda va en dirección a la puerta

—No, no la abras— dice Celeste un poco nerviosa— pero ya era muy tarde.

—Hola Sra Blanca, ¿Como está?— Miranda sonríe un poco nerviosa, sabía que su mamá no le caía muy bien que digamos.

—Muy bien Miranda, ¿Y tú mamá?— pregunta la Sra. Blanca, una Sra bastantes avanzada en edad, pero enérgica, tenía cabellos blanco y largos, algo regordita.

—Buenas noches Sra. Blanca, estoy aquí, usted dirá si la invito a pasar o no, no se quién está escribiendo este guión— Dice Celeste, algo incomoda y un poco molesta.

—Te sorprendería saber quién escribió este guión, me gustaría hablar de eso con ustedes tres—

—¿Nosotros tres?— pregunta Miranda —Si se refiere a mí padre, ya él no vive con nosotras—

—¿De verdad no vive con ustedes?— Se queda viendo fijamente a Celeste

—No, no vive con nosotras, acaso ¿no recuerda usted el motivo por el cuál el tuvo que alejarse de nosotras, siendo Miranda a penas una bebé?—

—Si lo recuerdo Celeste, recuerdo muy bien, porque tú, y tu hermosa nena están en este mundo, mi mundo, el amor es algo mágico, ¿Me invitarás a pasar?— dice Blanca bastante calmada

—Adelante Sra. Blanca, bienvenida a mí hogar— dice Celeste

Miranda sonríe a ambas mujeres

—Pon un plato más en la mesa, nena— Celeste guía a la Sra Blanca al comedor.

Miranda sirve la cena, en los tres platos. Comen en silencio hasta que Blanca inicia la conversación.

—Miranda, cuéntame, así que te gusta escribir mucho—

—Si, me gusta mucho, me gusta la historia, seré historiadora— dice Miranda orgullosa de sus gustos.

—¿De verdad quieres ser historiadora? ¿Creo que tienes más talento como creadora de historias?—

—Noop,— interrumpe Celeste, —Ella será lo que ella quiere ser— Celeste ve a Blanca con una mirada desafiante. Miranda se queda extrañada, no conocía eso de su madre, ella siempre solía ser tan dulce con todas las personas.

—Disculpa Celeste, si dije algo que te hirió, sí estoy muy segura de que Miranda a diferencia de muchos, hará lo que realmente quiere— Blanca dice eso con un tono de voz, bastante humilde

Celeste se queda sin palabras, la última y única vez que hablo con ella, apesar de ser respetuosa, su voz era muy firme, cuando dio aquella orden, que Tomás y ellas debían separarse. Dejando en las manos de Tomás la forma de concretar esa orden. En ese momento Celeste creyó que se refería a la Muerte, pero con el pasar de los años notó que en realidad sus palabras hablaban más de una separación.

—Bueno, sí, yo quiero ser historiadora Sra Blanca, Es verdad, que de vez en cuando escribo, pero ya no lo hago por estar ocupada haciendo muchas otras cosas— Sonríe Miranda y agarra un plato con un postre, ¿desean un poco?

—¿Y ese postre? No lo había visto— Dice Blanca, Miranda sonríe..

—Estaba allí, ¿De verdad no lo vió?— Celeste roda los ojos y también sonríe

—No, pero si quiero, que delicioso, es dulce, que delicia— Dice la Sra Blanca mientras lo degusta.

—Mamá, toma un poco tu también— Miranda sonríe

—Esta bien nena— lo agarra y lo come, —Si está dulce— Celeste está sorprendida.

—¿Entonces les gustó?, Lo hice yo misma, del libro viejo, el que me dijiste que era de la abuela de papá, el que me dejó para mis 17 años—

A Celeste se le aguaron un poco los ojos.

—Miranda, come un poco también del postre por favor— Dice Blanca le ofrece el postre a Miranda, y ve a Celeste.

—No, no quiero que lo coma, si lo comes, no me digas cómo sabe— Dice la mamá, asustada.

—Mamá, ¿Qué pasa? ¿No te gusto?— Miranda no entiende nada de lo que está sucediendo.

—Si me gustó mi amor, es el mejor postre que haya comido jamás— dice Celeste sonríendo y agarrando fuertemente la mano de su hija

—¿Lo dices en verdad? A mi también me gusta mucho es dulce, pero si a ti no te gusta, no tienes que comerlo— Dice Miranda agarrando la mano de su mamá.

—¿De verdad te parece dulce? ¿Y te gusta?— Dice Celeste parándose de la silla y abrazando a su hija

Blanca sonríe al verlas y le dice, tal vez sea el momento para hablar con toda la verdad, tal vez sea el momento para hablar con los tres.

—¿A qué se refiere Sra. Blanca?— dice Miranda extrañada.

—¡A qué tal vez no seas tan curiosa como crees o confías mucho en tu mamá!— Blanca tiene una voz bastante serena a pesar de lo dicho.

—Hija, lo que quiere decir la Sra. Blanca, es que yo te he ocultado algo, durante mucho tiempo— Miranda abre sus ojos de par en par

—Tranquila mamá, no importa, algún motivo importante tenías— dice Miranda más calmada y viendo a su mamá comprensivamente.

—Si la tuvo, esa razón fui yo, yo obligue a tu padres a que se separarán, por ese motivo tu no lo conoces— dice la Sra Blanca, con una voz firme y a la vez respetuosa y baja.

—Mi padre... Sra. Blanca, seguro usted también tuvo un motivo— Miranda sonríe y extiende una de sus manos para tocarla

—Pero, tu padre siempre nos ha cuidado, nos ha protegido y todo lo que tenemos no los ha dado él— Miranda asiente con la cabeza al escuchar esas palabras de su madre, a pesar de que hablaba poco de él, siempre le decía eso. —Otra cosa, yo sí sé dónde está él— Celeste ve a su hija con un poco de miedo a su reacción, pues ella cree que siempre le ha hablado con la verdad.

—¿Sabes dónde está papá?— Miranda sonríe y abraza a su mamá

—Si amor, pero siempre lo he sabido y te lo he ocultado— Celeste baja su mirada.

—No mamá, está bien, ¿Y podemos ir a verlo?— dice Miranda emocionada

—No lo sé Miranda, dínoslo tú— dice Blanca.

—¿Decirle qué?— Dice Miranda algo extrañada

—Te hemos contactado parte de nuestros secretos, ¿no tendrás tu algo para contar?— Blanca mira fijamente a Miranda.

—Ah, yoo, no lo sé, tal vez sí, pero... En realidad no creo— Miranda está algo dudosa y pensativa.

—Amor, cuéntanos, te has quedado pensativa y dudosa— dice su mama, con una voz dulce

—Es que no sé, si es un secreto, si me vayas a creer, siento algo de miedo— Miranda está algo dudosa.

—Te aseguró que tu mamá si te va a creer, sí alguna vez reaccionó molesta, fue por miedo, pero no, porque no te creyera— responde Blanca.

—¿Usted cree eso?— Pregunta Miranda un poco nerviosa.

—Si hija, adelante, dímelo— Celeste agarra las manos de su pequeña.

—Mamá, muchas cosas de las que tenemos, no las ha enviado papá— Miranda está nerviosa

Celeste sonríe —Amor, tu papá no las envía exactamente, pero si es quien no las da, esto es algo más que aún no sabés, y que tal vez la Sra Blanca nos ayude a que él mismo te las cuente— Celeste sonríe a su hija y con la mirada se lo pide a Blanca.

—No, Celeste...— Celeste se desencaja— ...No, no mal entiendas, lo que quiero decir, es que yo no puedo hacer nada. Yo entregué todo a Tomás, su sucesión ha sido tan amarga como su poción de amor, y aquella vez que vine a separarlos, fue porque este mundo se estaba destruyendo por su distracción, y tarde o temprano ustedes también morirían...—

—... Entonces es él quien decide— interrumpe Celeste. Y Miranda viendo a ambas mujeres sin saber de qué hablan, había leído sobre una poción de amor en el libro, no sabía si era eso y cuando la hizo, también sabia buena.

—...No Celeste, tampoco es él quien lleva este guión— Blanca voltea a ver a Miranda y Celeste comprende y recuerda...

«—Mami, ven te voy a presentar a una amiguita, ella se llama Tulia, escribí su historia ayer, va a ser mi mejor amiga, lo que yo escribo se hace realidad—
—Nooo, no Miranda, no es así, no repitas eso más nunca en tu vida, nada de lo que escribes se hace realidad, la única realidad que podemos escribir es el pasado, además tu estás muy pequeña, aunque hablas bastante bien para tu edad, aún no sabes escribir, no me vuelvas a mentir—
—Si mami, está bien, la única realidad que se puede escribir es el pasado— Dice Miranda y le dice adios a su amiguita Tulia, quien sale caminando rápido hacia sus padres y un poco nerviosa.
Miranda solo tenía dos años, pero sabía hablar muy bien, y tenía un talento oculto que era el de escribir muy bien.»

—Amor, perdón, ¿A qué te refieres con que algunas cosas, no nos la ha enviado tu papá?— Celeste Pregunta a su hija.

—Mamá yo puedo escribir cosas que se hacen realidad, oportunidades, situaciones, incluso hasta personas, aunque no sus vidas y decisiones— dice Miranda, pero esta nerviosa.

—Te creo, pero eso me aterra— Los ojos de Celeste están algo aguados —Yo no quiero perderla, por favor— dice Celeste a Blanca.

—Aun no comprendes ¿verdad?. Celeste, yo creo que Tomas, no dibujo esto que está pasando, esto lo escribió tu hija, y ella tiene una vida normal— dice Blanca Calmada

—No, en realidad, no es así como funciona— dice Miranda —Yo solo escribo cosas para mí, puedo crear una situación, una persona, pero cada quien a medida que pasa el tiempo va siendo libre— dice Miranda bastante segura.

—Si Miranda, te creó, lo he visto, por eso tal vez, tu padre no tenga que estar como un esclavo Dibujando en la biblioteca del patio este mundo y las diferentes vidas—

—Papa está aquí mismo— Miranda sonríe y va a la biblioteca del patio corriendo.

—Miranda no, no puedes entrar allí, si entras nunca...— Miranda entra a la biblioteca

—Papaa..—

—Miranda, nena, ¿Qué haces aquí? ¿Qué está pasando? ¿Esto lo has hecho tú Blanca?— Dice con una voz tierna y luego reproche

—No papá, yo he venido porque quiero— dice Miranda viendo a su papá

—Es así Tomás, yo no he tenido nada que ver— la voz de Blanca es calmada.

—Es imposible, solo yo dibujo lo que sucede, y antes de mí lo hacías tú— Tomás está algo molesto.

—Y tu hija escribe, y da libertad a lo que tú dibujas— asegurá Blanca

—¿Escribes? ¿Por qué?— Tomás se lleva la manos a la cabeza y después la abraza.

—¿Por qué lloras papá?— Miranda abraza a su papá

—Ahora no podrás salir de aquí, igual que yo, descubrí la forma de alejarme de ustedes, cree un hechizo para que nadie con un poder como el mío o el tuyo u otro, saliera, por eso tú madre nunca te trajo a verme— Tomás voltea a ver a Celeste, quién está llorando en la puerta.

—Si por eso, ahora los he perdido a los dos— Celeste llora.

—Papá, aquí todos somos libres, Ven— Miranda agarra la mano de su papá y lo lleva a la puerta, el corazón de Tomás se acelera recuerda el primer año todas la vez que intento salir, y se llevó grandes choques eléctricos, sentía miedo. Al igual que Celeste, que tenía miedo por ambos.

Blanca quien estaba fuera de la biblioteca, toca a Celeste por el brazo y le susurra —Confia en tu hija— y da un paso cruzando la puerta dentro de la biblioteca

Tomás y Celeste se sorprenden, pues con sus poderes tampoco podría salir.

—Miranda yo también quiero salir de la biblioteca, me puedes ayudar— Dice Blanca confiando en Miranda.

Miranda sonríe —Si claro, vamos, salgamos juntos— Al cruzar la puerta de la Biblioteca los tres juntos....

A comer.

—Miranda, ven, vamos comer— Su papá la está llamando

—Si papá allí voy—

—Papá, acabo de terminar mi primer libro, tu crees que le puedas hacer los dibujos por favor— Dice Miranda con una sonrisa y súplicas.

—Claro que sí pequeña, dije que lo haría, además por fin lo leeré, ya no más secretos con tu padre— dice Tomás mientras sirve la comida y la señala con la cuchara.

—Celeste, princesa, tienes muy malcriado a Tomás y Miranda, no quieren salir de esa biblioteca, nada más escribiendo y dibujando— dice la Sra Blanca.

—Bueno mamá, es que usted me ha entregado un hijo que ama el dibujo, y su nieta ama escribír, y andan con una secretiadera, no se qué será!— Dice Celeste susurrando a su Suegra.

Un mes más tarde.

—Bienvenida Sra Blanca, Sra Celeste, siéntese por acá—

Vamos a dar inicio a la ceremonia.

—Este es el secreto, que nos tienen preparado— Pregunta la Sra Blanca.

—Si, es éste— dice Celeste que está a su lado.

^{Fuente: PixabayFuente: Pixabay}

... Aquí con ustedes un libro, elaborado por Miranda, escrito en honor a unos de los Libros de Su abuela la Sra Blanca, El Escritor, un libro dedicado al amor de su Hijo Tomás y Celeste, momentos de dificultad entre la familia, y dedicarse a ser caricaturista famoso. Aquí está su hija con su primer libro hablando del amor y que las cargar compartidas en una familia se llevan mejor. También habla de los secretos familiares, exponiendo de una forma, sencilla que es fácil perdonar y que a veces se ocultan cosas por motivos confusos, hay secretos peligrosos para algunos y no necesariamente lo son para otros.....

La ceremonia transcurre con tranquilidad. Y esta familia de escritores y dibujistas que se aman, se unen mucho más... Y sin importar el amor que tengan a sus actividades muestran a sus lectores que pueden permanecer unidos y solventar cualquier situación, porque ellos mismos escriben o dibujan su guión.

Fuentes de imágenes:

• Imágenes obtenidas de Pixabay.
• Editadas en Momentcam y PicsartColors

Esta historia es para participar en el concurso organizado por @adeljose en el concurso Weekly Contest, "Creating Stories Week #14". /Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #14". en la comunidad de WORLD OF XPILAR. Aquí el Link para que cheques las normas.

Aquí te dejo varios link de utilidad para mí, tal vez lo sean para Ti.

• Picsart Colors crear, editar imágenes, gifs y vídeos cortos.
• Momentcam caricaturas con tu cara.

Gracias por leerme y regresa pronto.😘

@mavibauza