Era el año 2031.

Y el mundo entero había aprendido una lección... o eso queríamos creer.
Tras miles de vidas humanas perdidas por parte del Covid-19, muchos fueron los cambios.
Yo era un Médico recién graduado de la universidad cuando comenzó la pandemia.
Vivía en carne propia, diariamente, el miedo y frustración del ambiente, tanto el mío como de los demás.
Así como muchas personas, tuve que asistir a Psicoterapia para lidiar con el Trastornos post-traumático que desarrolle.
Pero... ya todo acabó. Ahora es un mundo nuevo. Debo repetírmelo hasta creérmelo.
El taxi en el que iba paró justo frente a la casa que iba a visitar.
Pague al conductor y baje rápidamente, un colega había solicitado mi apoyo para una consulta domestica con un paciente.
Algo poco frecuente.
Se escuchaba intranquilo al llamar, con la respiración agitada y voz entrecortada.
No me dio buena espina, él era uno de los Médicos más experimentados en el campo.

Llegue a la casa que me había señalado y entre pidiendo permiso a los familiares.
La casa se veía en estado de abandono, una familia de bajos recursos como muchas que dejo la pandemia.
Mi colega se encontraba al final de un pasillo, frente a una puerta cerrada, estaba remendada con trozos de plástico y de madera. Y una cinta de "Peligro-No Pase" colgaba de la puerta.
Inmediatamente me detuve, esa cinta que antes recordaba escenas policíacas había sido usada incontables veces en las casas, hace 10 años, cuando alguien había muerto por Covid-19.

Pero... era imposible. La cepa se había extinguido... ¿No?

Mi colega estaba sin habla, solo me señalaba la puerta.
Tuve un mal presentimiento y mis alarmas internas se activaron. Saque el equipo de protección que desde hace 10 años llevaba conmigo, algunos me decían paranoico, pero me aferraba a él como amuleto de buena suerte.
Con guantes, mascarilla y lentes protectores, abrí con extremo cuidado la puerta.
El cuarto estaba vació a simple vista, pero el olor a suciedad y enfermedad se sentía en el aire.
Justo detrás de un armario, un niño se encontraba escondido.
-Es el nieto de la señora, tenía curiosidad por ver que había en el cuarto y hace 1 hora lo encontraron aquí- Habló por fin mi colega.
No entendía cúal era el problema, pero si sabía una cosas, no quería entrar a esa habitación.
Un instinto reptil me gritaba "Vete, corre, sal de este lugar antes que sea tarde"
Lo ignoré.
Intente llamar al niño, pero apenas podía moverse y abrir los ojos.
Me coloque cualquier protección adicional que traía conmigo.
Sudaba a mares y evaluaba como entrar sin tocar absolutamente nada.
Me arme de valor y entre a socorrerlo. No había heridas visibles, pero si estaba muy débil.
-¿Que sientes?- Pude preguntarle casi sin respirar.
-Me duele todo el cuerpo, la garganta. No puedo respirar, me duele el pecho.
Al tocarlo superficialmente su piel, ardía en fiebre.
Tenía todos los síntomas... Pero... Era imposible.
-El resto de la familia está igual, puede que sea un nuevo brote- dijo mi colega, aun en el mismo lugar.
Decidí accionar. Levante al niño con cuidado sacándolo de esa habitación.
La familia entera esperaba en la sala con claros signos de malestar.

Una parte de mí volvió 10 años atrás, donde cada respiración era un riesgo a contagiarte y morir.
Luche con mi mente y llame inmediatamente al centro médico más cercano.
No sabía si mi colega y yo ya estábamos contagiados, pero debía tener cuidado de infectar a alguien más. Por lo que nadie más salió de la casa hasta que llegó la ambulancia con todas las medidas de seguridad.

Unas semanas después, la reaparición de la pandemia fue confirmada, había mutado hasta sobrevivir 10 años en ese cuarto.
Yo me encontraba en aislamiento absoluto.
Pensé en lo que debíamos enfrentar nuevamente como seres humanos.
Pero más que desanimarme, sabía que ahora teníamos más herramientas para cuidarnos y evitar el peligro a contagiarnos, como la última vez.

¡Gracias por pasar y leer!

[English]

Greetings friends of World Of Xpilar

This time I join this week's contest supported by @xpilar and @adeljose at World Of Xpilar
I love reading stories and creating them, hope you enjoy with this little invention.
_{Original Photo & Editing by @marlut/SA01}

Patient 0

It was the year 2031.

And the whole world had learned a lesson ... or so we wanted to believe.
After thousands of human lives lost by the Covid-19, many were the changes.
I was a newly graduated college doctor when the pandemic began.
I experienced firsthand, on a daily basis, the fear and frustration of the environment, both my own and that of others.
Like many people, I had to attend psychotherapy to deal with the post-traumatic stress disorder I developed.
But... it's all over now. It's a new world now. I have to keep telling myself until I believe it.
The cab I was in stopped right in front of the house I was going to visit.
I paid the driver and quickly got out, a colleague had requested my support for a domestic consultation with a patient.
A rare occurrence.
He sounded uneasy when he called, with agitated breathing and a cracked voice.
I didn't have a good feeling about him, he was one of the most experienced doctors in the field.

I arrived at the house he had pointed out to me and entered asking permission from the relatives.
The house looked in a state of abandonment, a low-income family like many left by the pandemic.
My colleague was at the end of a hallway, in front of a closed door, patched with pieces of plastic and wood. And a "Danger - No Entry" tape hung on the door.
Immediately I stopped, that tape that once reminded me of police scenes had been used countless times in houses, 10 years ago, when someone had been killed by Covid-19.

But... it was impossible. The strain was extinct...wasn't it?

My colleague was speechless, just pointing at the door.
I had a bad feeling and my internal alarms went off. I pulled out the protective gear I had been carrying for 10 years, some people called me paranoid, but I clung to it like a good luck charm.
With gloves, mask and goggles on, I carefully opened the door.
The room was empty to the naked eye, but the smell of dirt and sickness was in the air.
Just behind a cupboard, a boy was hiding.
-He is the grandson of the lady, I was curious to see what was in the room and an hour ago he was found here" said my colleague at last.
I didn't understand what the problem was, but I did know one thing, I didn't want to go into that room.
A reptilian institute was screaming at me "Go, run, get out of this place before it's too late".
I ignored it.
I tried to call out to the boy, but he could barely move and open his eyes.
I put on whatever extra protection I had with me.
I was sweating profusely and evaluating how to get in without touching anything at all.
I plucked up my courage and went in to help him. There were no visible wounds, but he was very weak.
-What do you feel?- I could ask him almost without breathing.
-My whole body hurts, my throat. I can't breathe, my chest hurts.
When I touched him superficially, his skin burned with fever.
He had all the symptoms... But... It was impossible.
-The rest of the family is the same, maybe it's a new outbreak-said my colleague, still in the same place.
I decided to act. I carefully lifted the child out of the room.
The whole family was waiting in the living room with clear signs of discomfort.

A part of me went back 10 years ago, where every breath was a risk of catching it and dying.
I fought with my mind and immediately called the nearest medical center.
I didn't know if my colleague and I were already infected, but I had to be careful not to infect anyone else. So no one else left the house until the ambulance arrived with all the safety precautions.

A few weeks later, the reappearance of the pandemic was confirmed, I had mutated to survive 10 years in that room.
I was in absolute isolation.
I thought about what we had to face again as human beings.
But rather than being discouraged, I knew that now we had more tools to take care of ourselves and avoid the danger of becoming infected, like last time.

Thanks for stopping by and reading