Hace mucho tiempo en el reino perruno colmillo blanco, hubo un príncipe condenado a vagar por las calles del reino que por derecho le pertenecían. Vagari, descendiente directo de la familia colmillo blanco y heredero al trono, fue desterrado por su tío adarus, quien asesino a su padre por la corona.

Tras la muerte del Rey comenzó una época turbulenta que afecto a casi toda la población. El impuesto fijado por el nuevo Rey pesaba sobre los hombros de los ciudadanos con menos capacidad adquisitiva. Mientras tanto, la clase noble gozaba de privilegios que el noventa por ciento de la población no podía permitirse. Entre toda esa marea de corrupción, anarquía e incertidumbre se hallaba Vagari, huérfano de padre y madre a la corta edad de 1 año.

El joven príncipe tuvo una infancia difícil, obligado a vagar por las calles mendigando por migas un mísero pellejo, sin embargo, el hambre no calaba tan hondo en sus huesos como lo hacía la tristeza que colmaba su corazón. Deambular por los barrios bajos para escarbar en la basura, contemplar la puesta de sol de vez en cuando, y robar en la noche cuando la situación lo ameritaba.

Desolado por las dificultades.

Vivir para comer, y comer para vivir. Vagari no sabía cuál era la diferencia entre esas dos pues nunca recibió una educación formal. Lo poco que tenía eran los valores inculcados por su madre, pero eso se había perdido en su mayoría gracias a la dura realidad que debía afrontar.

Un día, se preguntó por qué Dios le había dado ese destino, pero sus divagaciones no le permitieron tener una visión más clara, al final una pequeña semilla de odio empezó a crecer en su corazón. Los recuerdos de su madre mientras aun respiraba acudieron a su mente, y al cerrar los ojos pudo volver a escuchar un fragmento de las últimas palabras de su madre.

“Tienes un tío, y un primo, pero no debes confiar en ellos. Si se enteran de que estas vivo...”

Lágrimas se derramaban sin parar. La sensación de impotencia le invadía, y el yacía inmóvil como si sus patas fueran de plomo. El resentimiento pesaba mucho, en un instante, la imagen de su madre se quebró en pedazos y fue reemplazada por el objeto de su odio, su primo Ragnar.

Ragnar, el actual príncipe del Reino colmillo Blanco.

Poco a poco nubes grises opacaron la luz del sol. Al oír el sonido de la lluvia, Vagari finalmente pudo moverse. Cabizbajo, camino sin rumbo fijo por las calles hasta encontrar un lugar para dormir.

Reposando.

Al día siguiente, Vagari decidió visitar al único perro en el cual podía confiar, su amigo George.

George era un plebeyo que pasaba sus días buscando una manera de sobrevivir, hacia casi cualquier trabajo con tal de conseguir comida. Vagari lo admiraba mucho porque a pesar de estar expuestos a la misma situación, su amigo nunca había robado a nadie, ni estaba dispuesto a sacar provecho de otros, sin embargo, esa misma honradez lo estaba matando…

George.

Después de caminar por varias calles, Vagari por fin encontró la humilde morada de su amigo.

Hola George, ¿Cómo estás? –Dijo Vagari alegremente.

Tras un corto silencio, se pudo escuchar una respuesta sin muchos ánimos.

Vagari, tiempo sin verte, he estado esperando por tu llegada. –La voz de George era muy apagada, como si no tuviera energía. Por un momento el príncipe vagabundo pensó que su amigo estaba enfermo, pero antes de que pudiera decir algo fue interrumpido.

He oído que andas robando por las noches, y por si fuera poco, parece que tienes un profundo odio por la corona. –Al escuchar estas palabras, Vagari sonrió amargamente.

Si robo es por necesidad, tu más que nadie deberías entenderlo –replico con un deje de irritación.

Yo también tengo la misma necesidad. Mi estómago gruñe y mi cuerpo está débil por el exceso de trabajo, pero no por ello ando robando, mucho menos buscando la manera de hacer daño a otros. –El semblante de George se tornó serio, su mirada le hizo comprender a Vagari que no había excusas para tales acciones.

El ambiente se hizo pesado…

Semblante serio.

No quiero ser grosero, pero has estado obrando mal. El reino está lleno de corrupción, pero eso no debe hundirte. No permitas que los actos de otras personas te lleven por el mismo camino. Trabaja por el bien de tu futuro, y con el tiempo te darás cuenta que tus esfuerzos valen la pena. Es un camino difícil, pero no imposible. –Después de escuchar las palabras George, Vagari se fue con una bolsa que contenía cinco semillas y mucho que pensar.

Una semana después, George murió. Al parecer, un criminal apodado “el condenado a muerte”, le arrebato la vida después de saquear el huerto de frijoles de su patio trasero.

La noticia fue un golpe muy fuerte para Vagari, ahora no tenía a nadie con quien hablar, mucho menos alguien que le recordara obrar honradamente. Las dificultades de la vida eran el pan de cada día para el príncipe vagabundo, afortunadamente, después de la muerte de George, decidió no volver a robar. Emprendió un viaje con nada más que cinco semillas de frijol y las palabras que dejo su amigo. El resentimiento por el reino se mantenía, pero ya no era algo que ardería eternamente en su corazón.

Muchas gracias por traer este concurso @adeljose, ha sido muy divertido escribir esta historia.

También agradezco a steemcurator01 y steemcurator02 por prestar su apoyo a las comunidades.

Gracias por leer =)

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Camera: Honor 7s
Photographer: @leonelb
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