Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #31". /por @joyarub

Gracias @adeljose por tus motivaciones literarias y a @xpilar por hacer posible nuestros contenidos creativos.

_{La Mujer Sola}

^{Foto de mi autoría para esta historia tomada con el teléfono Blu G50 Plus}

Ella todas las tardes se sentaba sola en el mismo sitio y sonreía desvaída como el paisaje. De lejos parecía un espejismo. Yo me acerqué para constatar que lo que miraba fuese real, pasé por su lado varias veces pero no hubo nada que la perturbara o fijara su atención cuando iba o venía. No sé quién de los dos era más invisible para el otro. Parecía que una especie de añoranza y alegría a la vez la invadía por momentos.

Ella concurría a menudo a ese lugar, sobre todo cuando no había casi nadie. Le gustaba estar cerca del viejo edificio restaurado rodeado de árboles con diferentes tipos de plantas traídas de otros lugares lo cual semejaba un pequeño jardín botánico.

De pronto el sonido de un avión realmente estruendoso pasó alterando todo el paisaje provocando en ella un murmullo medrosamente conjugado sin secuencia lógica.

Me impactaron sus ojos claros aferrados sobre mi cuerpo como quien pide auxilio sin decir nada. Así que me acerqué. Sin pensarlo, me senté en el banco de cemento que la sostenía, sin embargo su mirada se fijó quieta hacia otro lado, detrás de algún lugar sobre el sol de la ventana del edificio. Daba la impresión que los años que se fueron regresaban en secreto.

Me pregunto: ¿Tendrá algo que decirme?

Sus ojos vuelven hacia mí, pero sus manos intentaron desviar el rumbo señalando como la claridad del día jugaba con las sombras de los ramajes que se mecían en la pared produciendo un caleidoscopio natural de algo extraño que no perdura.

En voz muy baja y mirando a su alrededor, ella me dijo que allí había vivido un familiar y que un día no estuvo más. Entonces, inquirí: ¿se fue? ¿Se lo llevaron? “Vaya uno a saber”, suspiró. Luego de unos segundos agregó, que eso ocurría en la época de la subversión.

• Cuénteme, le dije emocionado. ¿Qué pasó?

• El mal es irreparable, mejor olvídese -. Tras lo cual se sumergió en un silencio como quien solloza por alguna indignación y desapareció dentro del parque.

Fui volviendo poco después porque últimamente me acosaban las preguntas, pero a todas estas solo ando y desando recibiendo el último adiós de los suyos por las ventanas.

FIN