Desperté, tomé una bocanada de aire, observando el cielo. Estaba acostado en la arena y allí me quedé tendido unos segundos antes de tratar de entender que hacía allí, o peor aún ¿Dónde estaba?.

Me senté y fue en ese instante que pude contemplar lo que estaba a mi alrededor: una suelo arenoso, con figuras geométricas que me hicieron recordar las pirámides de Egipto que Malena y yo visitamos una vez; alzo mi vista, los islotes y formaciones rocosas tan fascinantes por su grandeza, su estructura y lo que ha tenido que pasar en el planeta para que estuviesen ahí ante mi.

Aunque trato de recordar ¿Cómo llegue a este lugar? Mi mente no me da respuestas. Fijamente observo la luna y espero no sé que me lleve a ese pensamiento en el que puedo revelar este misterio. A lo lejos veo venir a alguien.

Camino también para acercarme y me quedo sin palabras, petrificado al ver que quien se acerca eres tu, mi gran amor, mi compañera, mi amada Malena.

Nos abrazamos, nos besamos y lloré en tus brazos porque a pesar de estar tan feliz de poder tocarte una vez más, sé que hace meses que estas muerta.

Te perdí por culpa de esa enfermedad tan dolorosa y triste, el cáncer de útero que descubrimos al intentar tener hijos. Por lo menos pude estar allí para ti cuando mas me necesitaste.

Cada día que pasaba te vi desfallecer, pero tu luchabas y lo hiciste hasta el final, es que entre los dos siempre fuiste la mas fuerte. Muchas veces he pensado que quien tenia que morir debia ser yo, porque tu tenias tanto por delante que hacer y que vivir.

Yo quede en el aire desde tu partida, vivienco por vivir y sin sentido, sin nisiquiera poder permitirme caer en un profundo abismo, ya que te lo prometi y nunca he faltado a una de las promesas que te hice.

¿Es que acaso estoy muerto Malena? ¿Por fin volví a ti mi amor? Te quedaste en silencio durante todo el tiempo que juntos contemplamos la luna en esta playa arenosa.

Te conte mi vida después de ti, si es que se le podía llamar vida y la forma en que todos han estado apoyándome, pero son vacios mis días porque no estas.

Pero ya estamos juntos de nuevo, sin importar donde, estoy feliz. Rompiste el silencio, y dijiste mi amado Robert, ya vez que nos volveremos a ver, que estaremos juntos, pero para ti es hora de volver, Te amo y te esperare.

Recordé, este no es mi cuerpo físico sino el astral, que en estos viajes que realizo desde niño y que había perdido en el tiempo, al ir creciendo; esta vez me trajo a este plano, junto a ti.

Debo regresar, por ti y por que sé que volveré, te amo Malena.

Sentí como si hubiese caido fuertemente, desperté de golpe y aqui estaba en nuestra habitación, en esta cama en las que tantas veces nos amamos y con todo el ambiente impregnado de tu perfume.

Inhalo tu aroma, abrazo tu almohada y sonrio para ti. Otro dia inicia, esta noche seguiré perfeccionando mis viajes astrales para volver a tu isla, a tu plano, simplemente a ti.

Abrazos Virtuales