En tal sentido, considero que si una persona es buena con su madre significa que en general es una persona buena, nuestros primeros actos de gratitud en el mundo siempre van ligados al ser que nos crió, bien sea una abuela, una tía o quien haya ejercido esa función, por eso el agradecimiento se empieza a manifestar desde que somos niños con pequeños actos que muestran el afecto que tenemos, por ejemplo yo veo con mucha ternura cuando un bebé le da un poquito de galleta a su madre, creo que nunca una madre rechaza ese pedacito de galleta a veces babeada que le da su hijo, porque eso demuestra que desde pequeño le gusta compartir con su madre y en cierta forma le está agradeciendo.

Por otro lado, yo personalmente siempre he renegado de cualquier tipo de religión porque creo que primero que una gratitud a algo superior o cósmico debe estar la gratitud hacia los demás y la familia, sabiendo que la familia no son las personas que tienen un lazo consanguíneo si no todas aquellas personas que se han preocupado por nuestro bienestar y siempre han estado allí cuando lo necesitamos, creo que la gratitud debería ser primero retribuir cualquier forma el amor que no han dado las personas que nos rodean.

Sin embargo, a pesar de no creer en muchas cosas creo que la gratitud tiene una especie de energía que trae consigo las cosas buenas, cuando uno agradece y retribuye a otros, parece que esas acciones desencadenan otra serie de buenas acciones hacia nuestro favor, todo termina siendo una acción y reacción o una causa y efecto, cuando se agradece a otro la consecuencia siempre es positiva.

Asimismo, creo también importante resaltar que la gratitud no solo debe ser retribuir a otros, a veces nos olvidamos de sentir gratitud hacia a nosotros mismos, nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras capacidades, ser agradecido significaría entonces cuidarnos, nuestra salud es importante, no abusar de las bondades que nos da nuestro cuerpo y recordar que funcionamos bien cuando estamos descansados y alimentados.