Me complace participar en este concurso de la mano del amigo @adeljose apoyado por la gentil comunidad de @worldofxpilar.

Ainara una chica solitaria quien vivía en una cabaña de un pueblo muy lejano, quedó huérfana a muy temprana edad y antes de morir su madre le dejó un par de zapatos que Ainara consideraba feos y los cuales nunca se había atrevido a usar, pero un día se vio obligada a usarlos para ir al pueblo para realizar las compras. Los habitantes al verla comenzaron a murmurar, reírse y hasta burlarse por el aspecto de los viejos zapatos, la chica desesperada y apenada salió a las carreras hacia la cabaña pero en el camino se resbaló y cayó en el lodo, circunstancia que empeoró su situación.

Al llegar llegar a casa se encontraba molesta y decepcionada, lloró hasta el cansancio luego se dio un buen baño lavo la muda de ropa que se había puesto incluyendo el par de zapatos que le había causado tanta vergüenza, dejó la ropa tomando sol y en la noche antes de dormir olvidó recogerla. Pasaron los días y la pobre chica necesitaba ir por los alimentos al pueblo, pero no dejaba de pensar en lo anteriormente sucedido; lo que le causaba tristeza e impotencia, ya no tenía zapatos que ponerse más que los heredados por su madre, no le quedó otra opción más que usarlos nuevamente pero esta vez al colocar sus pie en ellos sintió una extraña sensación en todo su cuerpo a la cual no le dió mayor importancia, se llenó de valor y salió rumbo al pueblo en busca de sus alimentos demás productos que necesita.

Al llegar al pueblo sentía que todos la observaban pero nadie decía nada, lo que hizo que se sintiera segura para realizar las diferentes compras, de vuelta a casa Ainara fue acompañada por un joven muy gentil quien le expresó admiración por su exagerada belleza, lo que para ella fue una gran sorpresa ya que nunca nadie le había dicho tan lindas palabras. Al llegar a casa la chica conmocionada por las palabras de aquel joven corrió en busca de un espejo para corroborar lo que el caballero le expresó; completamente asombrada quedó al ver la belleza de su rostro reflejada en el espejo por lo que se mantuvo frente a él por un largo rato.

Se hacía la hora de la comida y Ainara retiró de sus pie lo que para ella eran los feos zapatos de su madre, al quitarlos sintió nuevamente la sensación en su cuerpo pero igual no le prestó atención porque estaba distraída con la belleza de su rostro por lo que realizó las labores del hogar en muy poco tiempo para volver nuevamente a mirarse en el espejo y esta vez el espejo no reflejaba la belleza que había visto antes, lo que la puso a pensar y corrió en busca de los zapatos pero al calzarlos no sitio tal sensación, entonces recordó que los había dejado bajo la luz de la luna y segura de ello salió corriendo y los dejó fuera de casa. Al caer la noche ansiosa ya se encontraba pero sentía temor de salir a ver si ocurría algo con los extraños zapatos, entonces decidió asomarse por por la rendija de la venta y su mayor sorpresa fue cuando vio la hermosa luz de la luna que rodeaba los zapatos haciendo que estos brillaran con intensidad.

Al día siguiente Ainara salió en busca de sus zapatos y al colocarlos en sus pies sintió la extraña sensación, corrió al espejo y este le mostró nuevamente la hermosura de su rostro; fue allí cuando la chica entendió la relación que tenían los zapatos y la luna para hacerla ver hermosa, desde ese momento la hermosa joven cuidó de los zapatos como su gran tesoro y cada noche salía con ellos a recibir el espléndido brillo que la luna le ofrecía.

Ainara nunca más fue burlada ni humillada por los habitantes del lugar, en cambio encontró en ellos el ofrecimiento de la amistad y en el gentil joven que quedó cautivado por su belleza encontró un amigo y luego esposo con el que formó una linda familia. Nunca dejó de usar los zapatos heredados de su difunta madre lo que la hizo hermosa para toda la vida, siempre mantuvo el secreto de los zapatos a salvo y cada noche cuando todos dormían ella y sus zapatos salían al encuentro con la luna.