"Creating Stories Week #6" // Señales de advertencia //edy.lobo

De verdad el concurso "Creating Stories" ha abierto una ventana que no conocía de mí. Jamás había escrito cuento alguno y mi sorpresa más grande fue cuando vi que logré escribir mi primera historia y con la segunda logré quedar en el 5º lugar en el concurso pasado , todo esto a pesar de la dura competencia que mis compañeros concursantes representan . GRACIAS POR TOMARME EN CUENTA. Espero no defraudarlos con mis futuras entradas . Paso a contar mi nuevo relato.

Royner es el pequeño hijo de Roger y Nereyda . Es un niño de 7 años sumamente sano , travieso y muy alegre.

Su madre es una mujer de carácter fuerte, muy ocupada en su trabajo, amante de su marido y, aunque sus actividades sean muy absorbentes , dedicada también a su inquieto niño . Viene de una familia de deportistas consumados y esto parece haber sido heredado por su pequeño Royner.

Roger por el contrario es un hombre muy tranquilo, contemplativo, un poco flojo para la actividad física y mucho más intelectual. Bueno si hablamos acá entre nos y “en grado 33” , es lo que muchos en los colegios llamarían un nerd . Y la otra verdad es que Royner sacó muy poco de él.

¿Qué cómo terminaron Roger y Nereyda juntos?

Pues por el equilibrio que por lo general busca la vida y que hace que los polos opuestos se atraigan. Cada uno ama y admira en el otro, lo que el otro no es.

Nereyda vive un poco preocupada por las travesuras de su hijo pero confía en el criterio de Roger, quien pasa la mayor parte del tiempo con el niño y espera que su padre lo corrija.

Pero.
Sí amigos.
Hay un pero.
Como tiene que ser.
¡Qué vacías serían nuestras vidas sin los peros!

El problema es que a Roger le causan mucha gracia las travesuras y el atrevimiento de su hijo. De alguna manera ve en él todo lo que soñó con ser de niño . Buen deportista, extrovertido, popular, admirado.

El pequeño , sagaz como todos los niños , se ha dado cuenta de esta situación y ha optado por manipular a su papá cada vez que este lo regaña pero a su vez trata de contener la risa por las ocurrencias del infante . En fin, Royner no lo toma en serio. Nereyda les ha advertido a ambos que se van a meter en problemas si no corrigen la situación y esta advertencia no ha tenido mucho éxito.

Cierto día , en un campamento al que solo asistieron Roger y Royner , uno de los guía les hizo una advertencia con respecto a algunas zonas donde podían ocurrir derrumbes y les dijo que habían señales de peligro que bajo ningún concepto debían obviar .

Roger le pregunta a Royner si había puesto atención y este le contesta con una sonrisa pícara y preocupante.

Efectivamente la zona donde estaban era muy bella pero con algunas caídas que podían resultar peligrosas y eran bastantes los avisos de advertencia de derrumbes que las resaltaban.

En el trayecto a pesar de lo atento que iba Roger y en una milésima de segundo , su pequeño se le escapó corriendo hacía un risco alto desde donde se tenía una vista muy bella de un río que pasaba al fondo.

Ante la sorpresa del padre y los murmullos y gritos de alarma de la gente, todos se dieron cuenta que Royner iba directo a una zona donde estaba una de las señales descritas y que obviamente no era nada segura.

¡Roger le gritaba!

-Hijo mira la advertencia. Y Royner se reía y seguía a paso firme.

-Hijo ¡la advertencia por favor!

Y Royner se reía.

Corrió Roger y al darse cuenta que no lo iba a alcanzar antes de llegar a la zona de riesgo miró a su alrededor y vio otro anuncio de advertencia ya viejo tirado en el piso , lo tomó , apuntó a donde estaba su hijo , y con una puntería que jamás había tenido en su vida se lo lanzó a Royner por la cabeza.

En ese instante caen. Royner, las rocas, la tierra, los gritos y el asombro. Los escombros del risco al río y Royner a llorar en el borde del derrumbe.

Desde ese día Royner aprendió varias cosas IMPORTANTES: que hay que escuchar a tus padres y a tus mayores , que no todo es risas y juego , que los anuncios de advertencia te pueden salvar la vida si los tomas en cuenta y que además ...

¡DEJAN CHICHONES!