Cuando llegue a mi nuevo hogar, los abrazos y elogios no tardaron en llegar, mi pelaje color marrón claro y ojos azules intenso llamaron la atención del que sería mi guía y protector, sin embargo grandes sorpresas le esperaban, pues su hija con el amor intenso que profesaba por su padre, trato de manera inútil reemplazar aquel pastor alemán que había partido hacia más de tres meses, a ese paraíso de los perros, mi presencia en mi nuevo hogar se llenó de expectativas, pues se esperaba de mí, un comportamiento similar al del pastor alemán, tan astuto que llegaba a abrir la puerta con su pata y responder al llamado del protector inmediatamente.

Por mi parte, yo solo esperaba jugar, corría velozmente y me encantaba restregar mi nariz rosa en la tierra, muchas veces moje a mi protector antes de que pudiera ducharme y entre gritos de enojos y risas se levantaba diciendo el nombre que, según él debía describir mi personalidad, gritaba: Dragón , Dragón vuelve inmediatamente.

_{Pensando que travesura hacer. Foto tomada con tablet samsung}

Su hija, que le encantaba jugar conmigo, llegaba cada día con un nuevo juego para mí, lanzar el palito al aire para entrenarme según ella, pero terminaba corriendo para buscarlo ella y pronto me abrazaba para explicarme en qué consistía el juego. Con frecuencia, su padre decía: no se parece a Newton, sin embargo una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro y pronto comenzaba a contar una de mis grandes hazañas.

Recordó en una de aquellas reuniones familiares, como al abrir el portón de la cochera salí corriendo y me perdí por dos días y cuando regrese vine con nuevos amigos, dos siberianos más y de cómo le costó sacar de la casa a semejantes ejemplares. Y aquel día que lo metí en un tremendo problema, pues me acusaban de haberme comido un loro y tardaron en darse cuenta que había sido otro perro, ése día no me salve de un castigo.

Mi protector un anciano quejumbroso, me decía que había recobrado la risa y que le había hecho recordar su niñez, en donde jugar y correr parecía lo más importante.

-Tú no eres un dragón reía, pero eres mi amigo. Me dijo finalmente.

Saludos amigos.