Al caer la noche, una flota de administradores de dones, asignada por el creador desciende una única vez del cielo, en naves doradas cubiertas de oro, guiados por una bóveda central.

Con sus vestiduras blancas perfectamente alineadas, detienen el tiempo para hacer su tarea, supervisar el uso de los dones entregados al momento de nacer. Aunque para ellos el uso del tiempo es infinito, cualquier ser humano lo percibe como nanosegundos, que no afectaran su rutina diaria.

Los administradores de dones, cambian su vestimenta al tocar la tierra por un atuendo que les permita mezclarse y desempeñar su función. En su evaluación determinaran el uso dado a los dones de poder, de inspiración o revelación según corresponda.

Su misión principal es despertar a los miles de individuos que no han determinado cual poseen, por lo que aún no usan y mantienen esta energía acumulada, al evaluar solo aquellos que ya tengan la madurez suficiente para dar uso a estos, propiciaran situaciones que requieran que el don se manifieste.

Dependiendo del asignado, podrán ser situaciones de conflictos arrasadores que deberán confrontar y vencer. El don iluminará al individuo, convirtiéndose visible para todo aquel que ya hubiese descubierto el suyo y manifestándose en el cielo una luna dual.

Los dormidos o seres humanos sin descubrir su don lo llamarán milagro, sin entender que solo refiere a una capacidad aun no explorada.

Sin embargo, los administradores de dones, además de incidir en el descubrimiento del don pueden también extraerlo para un nuevo espíritu. Esta práctica es realizada a aquellos próximos a la muerte o quienes se mantienen dormidos a pesar de las miles de pruebas presentadas, cayendo en desesperación, depresión o locura, sin descubrir que la solución a su conflicto fue implantado desde el día de su nacimiento.

Este don es almacenado en recipientes hechos de piedras blancas que son arrojadas al mar, para ser limpiados y finalmente resguardados en la bóveda central, hasta su asignación divina realizada únicamente por el creador.