Una historia a partir de una imagen digital de @xpilar -

Todos los días luego del almuerzo, los niños del lugar, se ponían de acuerdo para ir a jugar a los médanos; los padres, que se habían criado en ese mismo lugar, sabían que era divertido y no corrían riesgos, por lo que solo encomendaban los pequeños a los más grandes para su cuido. A esa hora ya había una parte con sombra donde podían lanzarse como por un tobogán.

 

Un día uno de los adultos escuchó a los niños decir que jugarían donde estaba el ojo del marciano, le hizo algo de gracia pero no escudriñó acerca de a qué se referían. Pasó el tiempo y se dieron cuenta de que los niños se tardaban más en regresar a los hogares y comenzaron a inquietarse y recriminarles. Eso era apenas un caserío pero los domingos solían encontrarse en la única iglesia del lugar.

 

De camino a casa Rubén le preguntó a su hijo el porqué se estaban quedando más del tiempo previsto y el niño le dijo que todos los días después de las cinco salía el ojo del marciano y a ellos les gustaba porque hacía unos sonidos muy raros y les divertían las luces verdes que iluminaban el lugar. Él decidió ir por su cuenta y quedó sorprendido y al mismo tiempo maravillado por el fantástico hallazgo, era algo nunca visto. Inmediatamente les comentó a los demás del pueblo, quienes también se acercaron a corroborar el descubrimiento.

 

Pidieron ayuda y en los próximos días todo el pueblo fue puesto en cuarentena: basura cósmica, desechos espaciales radioactivos, presencia extraterrestre, fin del mundo y más dictámenes, fueron desfilando por la mente de los residentes del lugar. Vinieron científicos de todas partes del mundo que pidieron acordonar el lugar y utilizar ropa adecuada para adentrarse en el sitio. Todos los mayores estaban alarmados menos los niños que afirmaban que tenían tiempo jugando ahí bajo ese intrigante objeto.

 

La noticia pasó de rumor a aseveración rotunda. Algo insólito estaba amenazando a la tierra. Todos estaban muy confundidos y alterados. Al final solo se trataba del dibujo virtual número cien, que @xpilar había creado para entretener a los escritores de Steemit. Nada de qué preocuparse.

 

Esta fue mi entrada para el concurso propuesto aquí.