Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #26. "Hablando con Don Quijote" por @cbuendia

Caminando bajo la lluvia de Octubre sentía el salpiqueo de las gotas sobre mis zapatos, subía la calle empedrada que me llevarìa directo a la vivienda que fuera la casa donde pasó su niñez una de las glorias de la Literatura hispana del Siglo de Oro, Miguel de Cervantes. Habìa llegado en autobús con las indicaciones de mi hija que no pudo acompañarme. Era una visita obligada de un turista que se precie de viajero.
Dos figuras de metal de tamaño natural, sentadas en un pequeño banco al frente de la vieja casa de Cervantes, simulaban ser los protagonistas de su libro más conocido : Don Quijote de la Mancha.
Eran unas figuras tristes y muy diferentes a los vivaces personajes de la famosa historia caballeresca.
Parecìan custodiar la casa donde su creador habìa pasado parte de su vida.
Se me ocurrió posar mi mano sobre el hombro frío de la figura de Don Quijote y de repente la lluvia cesó, aunque no el frío, ni el color gris de la tarde.
Para mi asombro, no se veía un alma en la calle, solo un gran silencio que abarcaba la escena.

-¿Quién sois damisela y que extraño artilugio traéis sobre la cabeza (refiriéndose a mi paraguas)?
No podìa creerlo, me estaba hablando el mismísimo Don Quijote!, cerré el paraguas y sin querer, toque a Sancho Panza que saliendo de su rigidez comentó:

-Amo, ¿Que hacemos aquì?, hace frío y tengo hambre.

-No solo de pan vive el hombre Sancho, aprended a disfrutar nuestra eternidad, somos afortunados. De vez en cuando alguien nos despierta y podemos contarles cosas que no están en 'el libro', la gente es muy curiosa , eso no ha cambiado con el tiempo. Y vos moza, ¿no preguntaréis nada?.

Yo estaba boquiabierta, esperando que hubiera algùn truco y se develara en cualquier momento, pero me atreví a preguntar:

-Está usted Don Quijote complacido con su personaje y su historia?

-Bueno, a decir verdad, mi estimada damisela, aunque vestis pantalones como las 'moras' os contestarè: Me hubiera gustado ser un poco más corpulento y tener un caballo más brioso, un ayudante con menos gula y enemigos menos peligrosos, combatir contra molinos es un trabajo muy arduo.
-¿Acaso no se alegra de ser tan famoso? Muchos han leído sus relatos de caballero andante.
-Ese era mi destino, me crean cuando ya el romance y la caballería se habìan olvidado. Yo los hice renacer aunque por breve tiempo. Sin Sancho no lo habrìa logrado.
El fiel escudero, con los ojos muy abiertos, asentìa complacido oyendo a Don Quijote. Como alguien dijo por ahí, "eran como pan y mantequilla", inseparables.
-Tengo que despedirme estimada dama, ser eterno y tratar con persona diferentes cada vez es muy canson y solo lo hacemos una vez al año. Publicad mis respuestas si es vuestro gusto.
¡Que tino tuve yo! dije para mis adentros.
Las figuras se congelaron, volviò a lloviznar, abrì el paraguas de nuevo y sentì como si algo màgico me hubiera ocurrido.
También recordé que al bajarme del bus, para pasar el frìo, me tome una generosa copa de vino en la 'tasquita' que estaba al comenzar la calle empedrada.

¡Gracias por leer!

Fotografía propiedad de @cbuendia editada con Canva