Una Imagen, Una Historia: La Puerta Misteriosa y las Arañas Naranjas. ~ Club5050 ~ Por @carlaisl

Hoy me complace participar en el concurso de la amiga @franyeligonzalez donde nos invita a contar una historia con una fotografía en específico, que ella nos suministra.

A continuación mi participación:

Ana despertó sobresaltada una noche fría, y lo primero que vió en el techo de su habitación fueron muchas arañas de color naranja. Asustada y temblando, se colocó sus pantuflas y abrió la puerta de su habitación para avisar a sus familiares, encontrándose con unas escaleras que iban en bajada hacia una misteriosa puerta. Ella se aterró aún más, ya que esa puerta y escaleras no estaban antes, sino un pasillo que daba hacia las 3 puertas de las habitaciones de sus hermanos menores.

Ana comenzó a temblar, no sabía que pasaba, se pellizcó el brazo a ver si despertaba de una posible pesadilla, pero lo que vivía era más real que nada.

Se armó de valor y cuidadosamente comenzó a bajar cada escalón, los cuales rechinaban y daban más tensión a la situación. Ana al estar frente a la puerta, la observó y vió las mismas arañas naranjas misteriosas que estaban en el techo de su habitación.

Ana comenzó a escuchar gritos de niños al otro lado de la puerta e instantáneamente pensó en sus pequeños hermanos. Sintió que se desmayaría del miedo, pero sin importarle eso, tomó la manilla de la puerta y la giró pero estaba trancada, no lograba abrir la puerta.

Ana comenzó a llorar y gritar: "¡Niños, abran la puerta!" Pero los gritos continuaban.

"¡Por favor no les hagan daño! Son... solo unos niños!" gritó Ana entre sollozos, pero nada detenía la horrorosa situación que parecía sacada de una película.

Ana subió los escalones hacia su habitación, buscando algo para lograr abrir o romper la puerta, pero lamentablemente no encontró nada. Fue nuevamente a la puerta misteriosa y comenzó a patearla, golpearla con todo su cuerpo, haciendo lo imposible para salvar a sus hermanos.

En cada golpe, ella sentía que se desmayaría, pero solo podía pensar en sus hermanitos. Entre tantos gritos del otro lado de la puerta, escuchó a uno de sus hermanos que gritó su nombre, y eso hizo que golpeara la puerta con una fuerza "de otro mundo". La puerta cayó al piso y Ana quedó impresionada con lo que vió:

Sus tres hermanos estaban vestidos con disfraces de Hallowen, y jugando entre ellos. Ana les gritó: "¡¿Que paso?! Los gritos, la puerta... las arañas naranjas, no entiendo". Los niños la miraban confundida, y el más pequeño le dijo: "Hermana no sé de qué hablas, nosotros solo estamos jugando con nuestros disfraces".

Ana gritó: "¡Pero la puerta y las escaleras horrendas!... ¡Están allá!" Ella se giró para apuntar hacia atrás, pero no había nada, todo estaba normal. No habían escaleras ni puerta misteriosa, solo el pasillo que se dirigía a su habitación.

Los niños se miraron entre ellos, confundidos ante la desesperación de su hermana al decir cada palabra. El hermano mayor de los tres niños le preguntó: "¿Ana estas bien? ¿Te tomaste tus medicamentos?". Ana lo miró molesta y le dijo entre lágrimas: "Yo no estoy loca, sé lo que vi".

El hermano menor tomó una bolsa de plástico negra, se acercó frente a su hermana y le dijo: "Hermana, juega con nosotros, toma este disfraz" y sacó de la bolsa un disfraz: una araña naranja.

Ana al ver tal disfraz, igual a las arañas misteriosas que había observado en su terrible travesía, gritó y se desmayó.