El Mundo Olvidado / The Forgotten World
Fuente/Source
Español
El Mundo Olvidado
Ya habían pasado ciento treinta y dos años desde que Herman había elegido un exilio autoimpuesto para su vida, esto no significaba que nunca tuviera contacto con alguien, ocasionalmente viajaba a Anfitrite, por provisiones o por alguna necesidad médica, su último viaje, había sido hace treinta y tres años, cuando precisamente requirió una actualización de sus nanomáquinas, un molesto procedimiento que lo mantuvo ocho semanas alejado de su solitario edén, el mayor lapso que había estado alejado de él; afortunadamente no requeriría otra renovación hasta pasados otros doscientos años.
Su último huésped fue Sigfrido uno de sus antiguos compañeros en la división de ingeniería ambiental, quien ocasionalmente lo visitaba, sólo para conocer de su vida. Fueron él y Leopoldo, quienes se habían asombrado más con su decisión de apartarse de todo, tras retirarse de su trabajo.
No sabia en que momento de su vida, se dio cuenta de que la soledad era más que una obligación, una elección de vida. Nunca fue un hombre especialmente apegado a integrarse a grupos, desde sus años en la academia, no socializaba con más de dos o tres personas, a quienes solía llamar amigos, aun cuando su relación con ellos no fuera mucho más allá de lo académico.
Cuando se integró a la división de ingeniería ambiental, su fascinación por la soledad empezó a tomar forma, fueron novecientos veinte años de servicio, sólo tres personas permanecieron más tiempo que él en la división, y para ellos, fue más una obligación, que una elección, todos fueron militares, de los primeros siglos del parlamento y en gran parte sus cuerpos fueron modificados como parte del programa, eran más máquinas que hombres. Una prueba de lo despiadado que puede ser el trabajo en la división.
Durante sus constantes viajes, conoció este pequeño pero hermoso mundo, de agradable temperatura, limpio cielo azul, y aguas claras y traslucidas. Su atmósfera, si bien no era completamente segura para los humanos o animales, sí podía ser respirable con seguridad por periodos de tiempo que no excedieran los veinte o treinta minutos, después de los cuales los bajos niveles de oxígeno, empezarían a afectar a quien la inhalara.
Sin embargo, a pesar de esto, muchas plantas y hongos desarrollados por la división, podían vivir y desarrollarse con seguridad en este ambiente, lo que lo hacían fácilmente terraformable. Sin embargo, su estrella madre tenía una compañera, que a la larga terminaría ocasionando el decaimiento de la orbita del planeta, lo que lo descartaba como mundo aprovechable.
Sin embargo, el sintió un intenso amor por este descubrimiento, tal vez él podría pasar su vida en él, pensó en algún momento, descartando luego la idea como un desvarío; pero cada vez que podía y su ruta se lo permitía, visitaba aquella pequeña y olvidada joya, condenada a la muerte.
Luego de un tiempo, no sólo empezó a frecuentarlo cuando su ruta lo permitía, empezó primero a desviarse y luego a planificar visitas, cuando no estaba de servicio, que se fueron haciendo cada vez más largas.
Tanto tiempo en soledad, lo había enloquecido, llego a pensar, sus visitas a Heracles y Palas, le eran cada vez menos agradables, llegando incluso a parecerles aborrecibles, el bullicio y el congestionamiento de sus ciudades le agobiaban, llevándolo a renunciar a visitar estos mundos, y tratar todos sus asuntos por telepresencia o en las estaciones espaciales próximas. Deseando desesperadamente escapar de la presencia humana.
Fue entonces cuando tomó la decisión que lo llevaría a donde ahora estaba. Con el pasar del tiempo, fue construyendo un pequeño lugar de escape, a las orillas de uno de los muchos lagos de aguas increíblemente puras, de aquel mundo, cuando su pequeño paraíso de soledad estuvo concluido, se retiró de la división, para sorpresa de sus compañeros, quienes luego terminarían alarmándose de su decisión de vivir como un ermitaño en aquel mundo, que había descubierto cientos de años atrás. Pese a las quejas y llamados de atención, nada lo hizo cambiar lo que ya estaba decidido.
Ahora, pasados más de cien años de aquello, sentado frente al lago, observando a varios de los satélites de su mundo salir por el horizonte, mientras el único sonido que se podía escuchar era el del viento haciendo girar sus cuatro generadores eólicos y sin nada más de lo que preocuparse que de alimentar a sus animales y fertilizar sus plantas, le parecía que su decisión había sido el mayor acierto de su vida. Tenia lo único que deseaba, soledad.
English
The Forgotten World
It had been one hundred and thirty-two years since Herman had chosen a self-imposed exile for his life, this did not mean that he never had contact with anyone, he occasionally traveled to Amphitrite, for provisions or for some medical need, his last trip, had been thirty-three years ago, when he precisely required an upgrade of his nanomachines, an annoying procedure that kept him eight weeks away from his lonely Eden, the longest time he had been away from it; fortunately he would not require another upgrade until another two hundred years had passed.
His last guest was Siegfried, one of his former colleagues in the environmental engineering division, who occasionally visited him, just to learn about his life. It was he and Leopold, who had been most astonished by his decision to withdraw from everything after retiring from his work.
He did not know at what point in his life, he realized that loneliness was more than an obligation, a life choice. He was never a man particularly attached to joining groups, since his years in the academy, he did not socialize with more than two or three people, whom he used to call friends, even if his relationship with them did not go much beyond the academic.
When he joined the environmental engineering division, his fascination with solitude began to take shape, it was nine hundred and twenty years of service, only three people stayed longer than him in the division, and for them, it was more of an obligation, than an election, they were all military, from the first centuries of parliament and in great part their bodies were modified as part of the program, they were more machines than men. Proof of just how ruthless division work can be.
During his constant travels, he met this small but beautiful world, with its pleasant temperature, clean blue sky, and clear and translucent waters. Its atmosphere, while not entirely safe for humans or animals, could be safely breathed for periods of time not exceeding twenty or thirty minutes, after which the low levels of oxygen would begin to affect anyone who inhaled it.
However, in spite of this, many plants and fungi developed by the division could live and develop safely in this environment, which made it easily terraformable. However, its mother star had a companion, which would eventually cause the decay of the planet's orbit, which ruled it out as a usable world.
However, he felt an intense love for this discovery, perhaps he could spend his life in it, he thought at some point, discarding the idea later as a rant; but every time he could and his route allowed him, he visited that small and forgotten jewel, condemned to death.
After a time, not only did he begin to frequent it when his route permitted, he began first to make detours and then to plan visits, when he was not on duty, which became longer and longer.
So much time in solitude, had driven him mad, I come to think, his visits to Heracles and Palas, were less and less pleasant to him, even to the point of appearing abhorrent to him, the hustle and bustle of his cities overwhelmed him, leading him to renounce visiting these worlds, and to deal with all his affairs by telepresence or in the nearby space stations. Desperately wanting to escape from the human presence.
It was then that he made the decision that would bring him to where he was now. As time went by, he built a small place of escape, on the shores of one of the many lakes of incredibly pure waters, of that world, when his little paradise of solitude was finished, he withdrew from the division, to the surprise of his companions, who would later end up being alarmed by his decision to live as a hermit on that world, which he had discovered hundreds of years before. In spite of the complaints and calls for attention, nothing made him change what had already been decided.
Now, more than a hundred years later, sitting in front of the lake, watching several of the satellites of his world come out of the horizon, while the only sound that could be heard was the wind spinning its four wind generators and with nothing else to worry about but feeding his animals and fertilizing his plants, it seemed to him that his decision had been the greatest success of his life. He had the only thing he wanted, solitude.
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Excelente post!