Buenos días tengan todos, hoy tengo la oportunidad de participar en el concurso organizado por @vvarishayy llamado "Helping Hands" el cual me recuerda el amor fraternal del ser humano, me conmueve leer a tantas personas que impulsan y participan en un cambio en este mundo con el poder de la amabilidad y el amor, cosas que actualmente son escasas de ver. Quisiera invitarles a participar, especialmente a @ftz @jesusdav19 y @eliangeantequera y poder leer sus actos de bondad. Sin más qué decir, comencemos.

Era un día lluvioso, la lluvia comenzó en la madrugada y mi mamá, mi hermana y yo estábamos esperando a que terminara de llover y poder salir al taller de costura de mi mamá, pero cada vez que la lluvia paraba sólo duraba unos segundos, entonces decidimos salir aunque estuviera lloviendo un poco.

Salimos de la casa y estaba lloviznando un poco pero luego empezó a llover un poco más duro, caminábamos por una intercomunal y los carros pasaban muy rápido, más de uno nos salpicó un poco de los charcos que se hicieron en el suelo. A mitad del camino vimos a una señora, debía tener al menos 60 años, usaba un bastón, no tenía paraguas y estaba un poco encorvada y temblando, detrás de nosotras venía un camión muy grande y nos asustamos todas al ver que la señora intentó cruzar la calle cuando el camión estaba muy cerca de ella, de repente éste hizo un giro brusco en la dirección opuesta y sonó la corneta, a lo cual la señora se asustó. Enseguida, nosotras nos aproximamos a la señora lo más rápido que pudimos y le preguntamos hacia dónde iba, ella dijo que iba a la casa de su hijo que quedaba en una urbanización, justo del otro lado de la calle, le dijimos que nosotras la ayudaríamos a cruzar la calle y además, mi madre le dijo que no debía salir con el tiempo así porque es peligroso, la respuesta de la señora fue que tenía que ir porque su hijo se iba de viaje.

Mi mamá la llevó de un brazo, yo del otro y mi hermana sostenía una chaqueta encima de ella para que no siguiera mojándose. Entre las dos calles hay una isla y la señora no podía subirla bien para ir al otro lado así que salté al otro lado para ayudar a la señora y recibirla. Mi mamá la ayudó a levantarse del otro lado y yo le sostuve las manos para que no se cayera, luego de que la señora hubo cruzado, la tomé del brazo y caminamos hacia la acera, cuando llegamos me fijé en que venía un muchacho desde la urbanización donde la señora dijo que vivía su hijo, ella muy amablemente me dijo "Muchas gracias hija, Dios las bendiga" y señaló al muchacho diciendo que era su nieto y que ya nos podíamos ir. El momento en el que salté la isla de vuelta no levanté la otra pierna lo suficiente y me lastimé la rodilla con el borde, cuando vi la sangre de la herida lo que hice fue sonreír recordando las palabras de agradecimiento de la señora y en que quizá si no hubiéramos decidido salir bajo la lluvia la historia sería diferente, pero lo que sin dudas me sacó una gran sonrisa y me hizo pensar en la grandeza de Dios fue el hecho de que justo cuando llegué al otro lado, dejó de llover, aunque suene un poco lado, así fue, entonces le dije a mi mamá y a mi hermana "¿Ven que dejó de llover?" y mi mamá dijo que así era Dios, tiene todo planeado, si hubiera dejado de llover antes quizá no hubiéramos visto a la señora y si hubiéramos esperado a que dejara de llover no la hubiéramos podido ayudar, Dios lo preparó todo, y yo estoy segura de eso. Dios nos manda a hacer buenas obras y ayudar al prójimo y ése ha sido el acto de bondad que más me ha hecho pensar y que más feliz me ha hecho, aunque hayamos llegado mojadas al taller y con una herida en la rodilla, llegué más que feliz y afortunada de empezar el día con una buena obra.

Ésa fue mi manera de cambiar el mundo, suena simple, pero es muy significativa para mí y espero tener cada día una nueva oportunidad de ayudar a los demás.